CAPITULO XIX : Besos frescos, mordiscos dulces.

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Que era tener un romance.
Kim Taehyung no podía saberlo, su único romance había sido convivir con Jimin, y crecer con una madre cuyo vínculo afectivo era verla torturando personas.
Había crecido en ese ambiente, entre el amor y el odio, entre lo correcto y lo incorrecto. Porque mientras Jiwoon le decía que estaba mal golpear a las personas su mamá le decía que solo los fuertes sobreviven a la carrera de la vida.

Era ganar o que te ganen y el sentía que estaba perdiendo. Descubrió su pasión desde muy temprana edad y para su buena suerte su madre estaba encantada, fue la primera vez que sintió que ella estaba realmente emocionada y feliz por el, se esforzó, se esforzó el doble por seguir viendo esa felicidad en su rostro. Pero nunca tuvo el afecto que él quería.

Podía tener la atención de todo el mundo pero nunca tuvo la calidez del abrazo de la persona que el más amaba.
La ausencia lo vacío
Lo consumió

Quien haya dicho que el dinero compra la felicidad, se le olvidó algo. El tiempo no regresa, aún con todo el dinero del mundo no puedes comprar el afecto, no el verdadero. El dinero y la riqueza son superficiales.

Como iba a saber Kim Taehyung que estaba enamorándose cuando no tenía idea de lo que era el amor. Como iba a saber que desde que lo conoció lo guardo en su corazón y reencontrarse con el fue como un eclipse.

No podía saberlo pero si podía sentirlo. Y nadie se lo iba a quitar.

—Oye ya me duelen los labios

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—Oye ya me duelen los labios. —Refutó Jungkook después de perder la cuenta de todos los besos que se había dado con su amor—
—¿No te gusta?
—Tonto, no es eso, es que pareciese como si me quisieras comer, además estamos en lugares públicos, estoy seguro que mañana habrán muchos post de nosotros por todas partes, eres Kim Taehyung después de todo.

Taehyung y Jungkook se encontraban en un parque, en donde muchas personas se reúnen ahí para disfrutar de la primera nevada y jurar amor eterno.

Taehyung estaba tan pero tan confundido de sus acciones que todo el rato, desde el bochorno afuera del restaurante, no había podido justificarse a si mismo sus sentimientos, por eso había besado una y otra y otra vez. Sabía que Jungkook estaba esperando una respuesta a sus sentimientos, sabía perfectamente que no podía pasarse solo besándolo y tocándolo, el no merecía su frustración, pero tampoco quería solo decirle lo que quería.
Necesitaba descubrirse a si mismo, aunque el sabía que lo tenía claro.
Lo tenía más que claro pero no sé lo podía creer.
Aún así debía hablar y el era un excelente orador, un joven culto que siempre tenía las palabras correctas en la boca, solo que con Jeon todo era tan natural. Tanto que se sentía desnudo y descubierto, como si el pudiese leerle en alma en cada beso.
Como si fuese el dueño absoluto de su corazón.
Quizás si lo era y el iba a dejar que su propio ser responda, se iba a permitir ser el verdadero Kim Taehyung con Jungkook sin esconder nada de el.

—Los medios...Mmmh te contaré un secreto no tan secreto, pero nada sale a luz de nosotros si antes no pasa por manos de mi mamá. Y la verdad no me molestaría tener recuerdo de nosotros.

Los Sentimientos de las RocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora