Ramona

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Hay una parte de mí
que la recuerda
y quiere llorar.
Ver sus ojos en mi mente
es como volver a sentir,
volverla a amar.

La veo en cada recuerdo,
y subo al cielo,
pero no la puedo tocar.
La extraño,
como a la fuerza en sus manos,
el sonido de sus pasos
y el bordón al caminar.
Extraño cuando tomaba mi rostro
y veía en mis facciones su sangre.
Verme en el espejo es recordar
que ya no está.

A veces me pregunto
si realmente la tuve
o si solo fue el mejor sueño
que jamás pude tener.

El reloj corrió,
pero mi cuerpo sigue en sus brazos,
mis oídos en su risa
y mis ojos en ella.
A medida que crezco
la comprendo más
y no puedo evitar
darle significado a lo que es amarla.

Su muerte
lo único que me recordó
es que es humana.
Ella, la mujer que creí que me vería volar
me dejó siendo un polluelo.
En lugar de buscar
la libertad en el cielo,
busco un destello que me diga
que fue real.

Qué hermosos son los recuerdos
y cuánto pueden torturar.

Aún la amo.
Perderla fue perderme,
tomar un pedazo de mi alma
y tirarlo al mar.
Sé que puedo encontrarlo,
pero tenerlo en mis manos
sería aceptar que es solo mío
y que lo suyo lo borró la sal.

A veces la olvido.
Olvido recordarla,
pero no necesito pensarla para sentir,
y yo la amo.
Aún si por amor vuelvo a vivir,
será el sufrimiento más hermoso
que he de admitir.
Su rostro risueño
es una caricia y una bala,
entrar en calor y ser lanzado al hielo.

Es más dificil aceptar que la tuve,
porque eso significa
que ya no la tendré.
Me sirve para amarme,
ver sus tatuajes en mi sangre.

Hay una parte de mi
que la recuerda y quiere llorar.
Pero si es por ella;
es un privilegio sufrir,
es un privilegio amar.

Un girasol que no encuentra solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora