Anhelo

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Soñé que me querías,
que me mirabas
como a la llegada de la primavera.
Estabas ahí,
con tus brazos abiertos aclamando un lugar para mí,
y yo, que siempre me negaba al amor, corrí hacia ti.

Nos vi,
sintiendo que nos efervecía el pecho,
navegando en una canoa
y viendo nuestro reflejo.
En ningún momento pensé
en los demás
y en la consecuencia de amar,
de quererte.

Pero desperté,
y me di cuenta de la felicidad
que me provocaban mis mentiras.
Tú solo me confundiste,
me diste una amabilidad que traía grapas,
siempre ibas cuando me veías vulnerable.

Un día me hablabas con el lenguaje del amor,
y al otro con el de la indiferencia.
¿Para qué lo hiciste?

Hoy, que ya no nos vemos más,
no te importa cuando estoy frágil.
Ya no quieres jugar, ¿cierto?
Más yo también soy ágil
y decidí dejarte como un recuerdo.

Aunque hoy te miro
en lo profundo de mis sueños,
no planeo vivir de alucinaciones
y malos corazones.

Ya sentí la frialdad de tu pecho, es un hecho;
ahí no hay lugar para mí.

Un girasol que no encuentra solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora