Condenada libertad

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Un ave yace en vuelo,
y la acompaña una paloma como consuelo
pues su pichón
había caído al suelo.
Las dos vuelan,
libres, ligeras.
Pero al tiempo
la paloma se aleja.

Un ave yace en vuelo,
sola,
libre
y sola.

Un día
un avión pasó a su lado,
y aunque la gente se le quedó mirando
ni toda la atención
le duró más de un rato.

No tenía jaula
aunque había nacido en una.
Solía ver entre las rejas la luna,
tenía tres comidas al día,
mimos y alagos que le seguían;
pero voló.

Porque la jaula se abrió,
era adulta.
Tenía que volar.

Un ave que yace en vuelo
anhela parar.
Es libre,
no pertenece a ningún lugar.

Incluso su cielo es cambiante
y ella está condenada a la libertad

Un girasol que no encuentra solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora