Perdedor

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Nunca he ganado nada,
simpre quedo detrás de los primeros,
siendo tomada en cuenta,
pero sin poder brillar.

No importa el esfuerzo,
soy buena, pero no suficiente.
Llego a la línea pero no sobrepaso el límite
y cuando sueño con volar
no alcanzo alas,
solo ojos para mirar.

Nunca he ganado nada,
tampoco hoy,
y no sé por qué me he puesto a llorar de la frustración,
si esto es una costumbre en cada estación.

Nunca he sido suficiente
para las expectativas que me tienen,
y cuando quiero cumplir las mías
soy el mismo fallo de siempre.
Obtengo palabras de consuelo,
pero no el reconocimiento.
¿Para qué lo intento?

Me duele la garganta
de las palabras que tengo atoradas,
y otras cuantas que ni pudieron ser pensadas.

Es como si mi único logro fuese el ser participante,
el ser la valiente
que se atreve a soñar y humillarse.

¿Para qué lo sigo intentando?
¿Por qué esperé algo esta vez?
He perdido como siempre lo hago, y en mi última chance.
Puede ser drástico, pero ya no quiero escribir.
¿Para qué?
¿Para qué me comparen con clásicos en lugar de lo que pueden percibir?

Ni siquiera soy
de los escritores frustrados
que logran escribir un mejor mundo
Al que los está torturando.
Ya no quiero mostrar lo que más amo
y que lo terminen pisoteando,
he perdido ese valor.

Mis esperanzas son las que lloran,
he vuelto a mi mar azúl,
ya no me queda nada a flote.
Ni siquiera mi ineptitud.

Un girasol que no encuentra solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora