Anónimo

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Tengo complejos que se esconden en mis pestañas
y cuando cierro los ojos
salen como imágenes o palabras.

A veces desearía estar muerto,
eso ronda mucho por mi mente,
pero cuando me enfermo,
el dolor hace que despierte.

Entre mis capacidades
una que me cuestiono es el matarme,
¿Podré hacerlo?
¿Cómo llegaría a lograrlo?
¿A quién le pasaría mi condena?

No lo sé,

porque lo único que va a desaparecer soy yo.

La tristeza es una enfermedad hereditaria al igual que la furia,
¿Quién vendrá a mí con la hermana de mi bala?

No lo sé,
porque ya no estaré aquí.

A veces no se trata solo de morir,
simplemente de no querer existir,
y entonces sé que debo de correr
a terapia,
pero las consultas y la vida
se vuelven tan repetitivas
que me asfixio en una rutina.
Es una escalera giratoria
que cada vez se vuelve más angosta haciendo que el agujero de la luz
sea igual de ancho
que el ojo de una aguja.

A veces, no sé lo que quiero.
Como otra vida,
como ser otra persona,
como tener otros sentimientos.
Dicen que actuamos y que nos disfrasamos
con máscaras y actitudes ajenas a nosotros mismos,
Pero,
¿Y si la máscara es una emoción?
Una recién pintada que te deja rastros en la cara
y son absorbidos por la piel,
que tiene chicos los hollos de los ojos y no te deja ver bien.

Porque tal vez yo no quiero estar muerto,
solo no sentirme así.
Yo tal vez lo intenté tanto en esta rutina llamada "vida"
que al no descubrir lo malo del patrón
todo lo malo lo descubrí en mí.

Yo soy mi margen de error,
lo que no debería existir.
¿Y cómo seguir?
Si me la paso sin saber
qué hacer
o qué decir.

Hay algo malo aquí,
al lado de mi corazón
o en el hueco de mi pecho
y en mi cara cuando se mira en el espejo y no puede sonreír

Quiero convencerme
de que la vida es hermosa,
que florece como una rosa
y que el amor vendrá a mí,
Pero, ¿qué amor?
Porque ni para el propio me alcanza,
¿Cómo querer a alguien más si me cuesta mantenerme vivo?

No sé que hago aquí
y no tengo edad para las dudas.
Todo lo perdí
aunque lo tenga en mis manos.
La pintura se ha vuelto gris,
el cantar de los pájaros
motorizado,
mi familia en un calvario.

Estoy cansado,
ya me vi en el espejo y no hay nada ahí.
No tengo máscaras
ni siquiera para fingir,
por eso me encierro
en lo oscuro de mi cuarto,
para que no me miren sufrir,
pero, ¿qué sigue de aquí?

A veces desearía vivir.

Un girasol que no encuentra solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora