28/2/23 - 1/3/23

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28 de febrero

El City había ganado 3-0, Julián podría decir que estaba satisfecho pero no sería del todo honesto. Fue titular y tuvo una asistencia pero eso no le llenaba, él necesitaba goles.
En un rato llegaría una visita a su casa así que Julián se encontraba ordenando todo, ya había medio preparado la cena y el cuarto de invitados. Puso música en la sala y cuando estaba a punto de sentarse sonó el timbre.

...

—Hola Juli, tanto tiempo araña —exclamó un alegre Enzo antes de entrar a la casa. Abrazó al mayor con un poco de dificultad debido a que tenía a upa a su hija y del otro lado llevaba un bolso.

—Hola Enzu, hola Oli~ —canturreó levantando a la más pequeña y le besó la mejilla. Ella rio.

La situación actual del mediocampista era algo complicada, su ex novia le confesó que ya no tenía ningún tipo de sentimiento amoroso hacia él y le pidió separarse, ahora tenían la custodia compartida pero mayormente Olivia se quedaba con la madre, Enzo no estaba en desacuerdo. Venían arrastrando todo desde que él jugaba en Benfica, él se había dado cuenta de que las cosas ya no eran las mismas y aprovecharon el cambio de club para aclarar todo, ahora estaban bien aunque obviamente seguía algo dolido.

—Vimos tu partido con Oli, felicidades por ganar —dijo entusiasmado haciendo puñito, su hija lo imitó y festejó también.

—gracias, aunque no metí ningún gol y eso me frustra —respondió haciéndole leves cosquillas a la nena y después la bajó para que pueda caminar.

—daah, ves que sos más bobo vos, nada te viene bien —reclamó Enzo, apoyando el bolso en el sofá para sacar algunos juguetes.

—bueno bueno, en mi casa no podés criticarme —lo empujó suave y se dirigió a la cocina luego de comentar que tenía que terminar la comida.

Cuando Enzo se aseguró de que Olivia estuviera tranquila dibujando, se apresuró en ir hacia la cocina.

—¿Qué onda con el Licha? No me contaste nada más —preguntó emocionado y acomodó una banca para que sentado pueda mirar de vez en cuando a su hija en la sala.

—hmm ahí andamos —contestó e hizo una mueca para tratar de no sonreír tan ampliamente.

—ahh que puto, mirá como estás —se le rio y se acercó para abrazarlo y moverlo un poco. —¿Ya son novios? ¿O cómo funciona eso que tienen?.

Julián lo separó y miró la olla dándose cuenta de que solo se dejaron llevar, no habían vuelto a hablar de lo que eran y lo que tenían, las cosas que sentían al menos por parte de Julián fueron expresadas a medias, siendo estas algo ambiguas.

—¿Juli todo bien? —insistió Enzo, está vez con algo de preocupación en su voz.

—es que no hablamos de nada ahora que lo pienso, medio que hicimos cosas —comentó Julián, Enzo hizo un gesto de desagrado— y nos dijimos palabras muy lindas y aceptamos que estamos felices pero hasta ahí... creo que pusimos como un muro en ese sentido —explicó, apagando el fuego.

—no entendí.

—no somos más que amigos que se dan besos y cosas.

—uh ¿Y estás conforme con eso? —preguntó, agarrando la vajilla para llevarla a la mesa. Se detuvo en el marco, esperando que el mayor conteste.

Julián suspiró, de repente, inseguro. —creo que no, Enzu.

...

Luego de acostar a su hija, Enzo fue hacia la pieza de Julián. Él lo estaba esperando con los mates preparados.

Lo que quieras //Julián Álvarez, Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora