18. Trauma

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Sanji se despertó cansado, semidormido estiró el brazo en busca del peliverde y al no encontrarlo abrió los ojos y se encontró solo sobre el colchón, arropado y con el calefactor cerca.
Vio sobre la cama una bata que decidió ponerse para cubrirse y salir en busca de Zoro.

Lo encontró ya cambiado con su uniforme de trabajo en el sofá, con el pelo húmedo, comiendo arroz directamente de la olla a cucharadas mientras leía el libro que le había regalado horas antes.
El rubio no pudo evitar una pequeña risilla al verlo, sacando al espadachín de la lectura. Por muy grande e intimidante que fuese el aspecto de su novio sus maneras eran como las de un niño pequeño salvaje.

- Buenos tardes cocinero por fin despiertas - dijo Zoro cerrando el libro y dejándolo sobre la mesa

- Buenas marimo ¿qué hora es? - Sanji frotó sus ojos para terminar de despejarse mientras se acercaba al sofá

- Las cinco y cuarto, te has echado una buena siesta de tres horas cejillas - comentó haciendo sitio en el sofá y ofreciendo un poco de arroz al rubio

- Por dios, estoy destrozado... nunca más convirtamos el sexo en una competición marimo porque está claro que ambos tenemos un problema con no saber perder - se lamentó aceptando la cuchara de arroz que le acercaba el peliverde

- Lo secundo cocinero, nos vinimos un poco arriba pero ha estado bien ¿Qué tal el arroz? - preguntó mientras el rubio cargaba una segunda cuchara y se la comía hambriento

- Horrible, no sabes cocinar musgo pero tengo tanta hambre que no me importa, así que si me permites... - dijo cogiendo la olla del regazo de su pareja para colocarla cerca suya y seguir comiendo - A pesar de que mañana no podré andar por las agujetas ha merecido la pena marimo, tenemos que repetirlo y pronto

- No te quejes cejillas que no has sido tu el que ha puesto el culo, si uno de los dos no podrá caminar estos días seré yo

- Lo siento musgo pero piensa que no la tengo tan grande y me esforcé en prepararte. Si hubiese sido al revés yo estaría peor

- Disculpa ¿con esa frase insinúas que además de estar ciego por decir que la tengo como un caballo te atreves a asegurar que yo no te prepararía?

- No es eso, pero eres más... um... brusco sí, eres apasionado y por consiguiente menos delicado de lo que yo soy  - dijo mientras terminaba el contenido de la olla y lo dejaba sobre la mesa - y no es que la tengas como un caballo pero es más grande que la mía, es normal tú también eres más ancho yo soy la versión de bolsillo. Así más normalillo en comparación a mi sexy alga parlante

- Hablas como si fueses un puto gnomo cocinero, eres delgado y ya. Joder si pareces un súper modelo cejillas - dijo Zoro algo enfadado por la descripción que el rubio realizaba de si mismo

- Jajaja está bien, lo que tú digas - se echó hacia atrás en el sofá y apoyo la cabeza sobre el hombro de su pareja - debería ducharme, estoy cubierto de sudor, saliva y otros fluidos corporales

- Si la verdad es que cuando se te baja el calentón eres consciente de lo que se guarrea uno en la cama. Salí yo hace un rato, dale 10 minutos más al calentador para que tengas agua caliente.

- De acuerdo marimo - Sanji se acurrucó sobre el pecho de Zoro, esperando para meterse en la ducha mientras el espadachín acariciaba suavemente sus cabellos, jugando con ellos y apartándolos del rostro de su novio para poder ver sus dos ojos - Um... creo que me quedaría así eternamente - dijo Sanji adormilado mientras escuchaba los latidos del peliverde, disfrutando el calor corporal que irradiaba y notando las caricias sobre su pelo

- Sí, es agradable - Zoro miró al rubio con un sonrisa - gracias

- ¿Gracias por qué marimo?

- Por no salir corriendo al saber... bueno ya sabes, todas las cosas horribles que he hecho

CONOCIÉNDOTE (Sanzo/Zosan +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora