28. Repudiado

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Al abrir los ojos Zoro se encontró con Sanji todavía dormido a su lado en posición fetal, mirando hacia él.
Su respiración era pesada y el rubio flequillo ocultaba su rostro casi por completo.

Los pensamientos del espadachín viajaron hasta la pelea de la noche anterior. Se recriminó a sí mismo no ser más cuidadoso, tenía tantos problemas en su cabeza que por momentos se le olvidaba que la vida de Sanji no era un camino de rosas.
El rubio le había contado todo sobre su infancia. El trauma que le supuso la pérdida de su madre y el deterioro de la relación entre su padre, sus hermanos y él. Terminó siendo repudiado y si no hubiese sido por Zeff todavía continuaría con ellos, encerrado en la casa familiar donde no se le permitía salir ni relacionarse con nadie.

Zoro entendía bien el sentimiento de abandono que sufría Sanji. En su mente era incluso peor porque él nunca había pertenecido a ningún sitio por lo tanto no sabía lo que era la estabilidad o vivir en el calor de un núcleo familiar. Sanji sin embargo sí y tenía que vivir con eso, con el sentimiento de perder a la persona más importante de su vida y acto seguido ser expulsado del lado de los suyos. Esa gente que supuestamente debería quererle incondicionalmente para ser sin embargo pisoteado por ellos.

Volvió a fijar la vista en su pareja y se lo encontró ya despierto mirándole.

- ¿Marimo a qué viene ese ceño fruncido tan temprano? - Sanji golpeó suavemente la punta de la nariz de Zoro con el dedo índice y el espadachín relajo su expresión

- Es mi cara cocinero - respondió con una ligera sonrisa

- Así mejor, tienes una sonrisa preciosa deberías hacerlo más - se incorporó en la cama y frotó sus ojos para terminar de despejarse

- El circo llegó a la ciudad - comentó ensanchando la sonrisa

Sanji le miró extrañado y puso su mirada sobre el punto al que los ojos del espadachín se dirigían encontrándose con las sábanas elevadas por su propia erección matutina.

- Oh bueno pues... igual deberíamos aprovechar - el rubio lanzó una mirada traviesa mientras con su mano acariciaba los pendientes del espadachín, provocando un leve tintineo al chocar entre ellos

- Desde luego que estaría feísimo no hacer nada al respecto - Zoro directamente se metió bajo las sábanas comenzando a deshacerse del pijama del rubio, bajándolo hasta sus rodillas

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Sanji notó como el peliverde comenzaba a hacerle una mamada bajo las sábanas. Decidió quitarlas de en medio para poder ver a su pareja jugar con su miembro. Se sacó la camiseta y comenzó a pellizcar sus pezones, dejándolos duros.

Tras un rato acercó a Zoro hacia el para besarle y tumbarlo de espaldas sobre la cama. Terminó de quitarse los pantalones y subió desnudo sobre el espadachín comenzando a besar de forma frenética sus labios mientras el peliverde agarraba sus blancas nalgas y comenzaba a hacer rozar el miembro de Sanji sobre el suyo, únicamente separados por los pantalones del pijama de Zoro.

El rubio inició un camino de besos y leves mordiscos por las orejas, el cuello y el pecho de su novio. Notando como se excitaba con el roce de sus miembros y las atenciones del cocinero con su boca, especialmente cuando mordía y lamía sus orejas.

Las conversaciones propuestas por Sanji sobre límites y gustos habían sido varias a lo largo de los meses. Con el tiempo se habían cogido el punto el uno al otro. Sanji sabía que al peliverde le encantaba que le arañase la espalda, la besara o la mordiera al igual que sus orejas mientras que él tenía sus puntos erógenos en el cuello, pezones y trasero siendo estos siempre atendidos con especial dedicación por el espadachín.

CONOCIÉNDOTE (Sanzo/Zosan +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora