CONOCIÉNDOTE (Sanzo/Zosan +18)

31. Madrid

Sanji fumaba en la terraza de su nuevo hogar tras terminar de vaciar la última caja de la mudanza.
Tenía ya 26 años, había pasado los últimos 8 en París donde se mudó justo al acabar el instituto. Tras seis años de estudio y prácticas y dos ganando experiencia en uno de los restaurantes de moda de la ciudad de la luz, decidió volver a Madrid.

Su abuelo ya estaba mayor y prefería estar cerca. También influyó su reciente ruptura con Pudding, una chica parisina con la que había compartido los últimos cuatro años de su vida. Su ahora ex prometida lo había estado engañando con un compañero de trabajo, el descubrimiento lo dejó hundido y sin casa por lo que pensó que sería un buen momento para darle un giro a su vida.

El lunes comenzaría a trabajar en el Baratie como sous chef. Lo cierto es que le hacía ilusión trabajar con su abuelo aunque también le daba algo de miedo ya que solían tener roces por diferencias creativas.

Franky era su nuevo compañero de piso. Un hombre bastante extravagante, mayor que él, de cabellos celestes, muy alto y cachas. Sanji llevaba solamente dos semanas en el apartamento pero podía asegurar que estaba como un cencerro además de tener un gusto bastante peculiar para vestir, siempre llevaba llamativas camisas hawaianas y usaba gafas de sol.
Aún así le caía bien, a pesar de su aspecto era un tipo amable y sensiblero. Le había ayudado mucho con la mudanza y solo le dio facilidades a la hora de alquilar el piso a distancia, haciéndole un tour por videollamada del lugar, así como con el papeleo.
La única pega era que Franky al parecer era un gran ingeniero aeroespacial y tenía su despacho en casa por lo que el rubio no tenía demasiados momentos a solas dentro del apartamento.

- Oye Sanji esta noche vendrán a cenar mi novia y unas amigas suyas. Si no estás muy cansado podrías unirte y así te presento

- Uff no sé, no quiero molestar Franky

- Molestia ninguna tío ya verás como te caen súper bien

- Está bien gracias, te lo agradezco.

Lo cierto era que no le apetecía demasiado pero desde su regreso a la ciudad prácticamente no salía de la casa. Cancelar su boda con Pudding le había afectado más de lo que le gustaba admitir pero tenía que comenzar a rehacer su vida.

En estos momentos se arrepentía de haber perdido el contacto con su grupo de amigos del instituto y lo poco que sabía de ellos era por sus perfiles de las redes sociales ya que nunca le dio por dejar de seguirlos.
Cuando Zoro rompió con él tuvo la necesidad de distanciarse de todo lo que le recordaba al peliverde.
Tras el incidente en la noche de su aniversario tardó tres meses en tener noticias suyas ya que al parecer lo habían trasladado primero a un centro psiquiátrico para una evaluación y luego a un centro tutelado del estado para menores en Valencia. Según había leído en internet eran como pequeñas cárceles para chavales mayores de 15 que no tenían a donde ir.
Intentaron mantener una relación a distancia que Zoro terminó cortando a los tres meses de haberse mudado a París.

En el momento a Sanji se le cayó el mundo encima con su ruptura pero con el tiempo había olvidado al peliverde, incluso llegó a sentirse agradecido de que le dejara ya que por aquel entonces no hubiese sido capaz de cortar a pesar de que su relación a distancia no funcionaba y los problemas de Zoro, tal y como temía su abuelo lo tenían completamente absorbido. Tanto que estuvo a punto de suspender varias asignaturas en la escuela de cocina durante el primer semestre.

Como Franky había tenido la amabilidad de incluirle en sus planes decidió preparar una gran cena para él, su novia y sus amigas.
A las nueve y media llegó Robin, la novia del peliazul. Nico Robin era chica guapísima, alta de pelo negro y ojos azules. Trabajaba como profesora y catedrática en la universidad, dentro del departamento de arqueología.