52. Matrimonio

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Sanji caminaba hacia el dojo en el que trabajaba Zoro para recogerle. Era el cumpleaños del rubio y saldrían un rato de copas con el resto del grupo aprovechando que era viernes y la mayoría no trabajaba los fines de semana, a excepción de los médicos, Zoro y Sanji.

En cuanto llegó se cruzó con Mihawk por los pasillos, venía de dar una clase a los alumnos más pequeños.

- Roronoa sale en diez minutos - le dijo de forma seca

- Lo sé, solo me he adelantado pero si no es molestia le esperaré por aquí - sonrió el rubio mientras el otro le escrutaba con la mirada para posteriormente retirarse a su oficina

A Sanji le producía la misma sensación de pavor que de adolescente el jefe de Zoro, con ese rostro tan serio y esa mirada que te atravesaba. Aprovechando que Mihawk se fue a la oficina decidió colarse en el interior para ver si conseguía espiar al peliverde durante la clase.

Lo encontró en su aula inspeccionando la postura de los alumnos con su habitual ceño fruncido hasta que su vista se posó sobre el rubio asomado a la puerta y su expresión se relajó para sonreírle.
Los alumnos se miraron sorprendidos ante el gesto de su profesor poniendo su atención en Sanji.

Zoro le hizo un gesto para que se acercara a la vez que finalizaba la clase y mandaba recoger a los niños.

- Felices 32 cejillas - acercó el rubio hacia su pecho y le besó bajo la mirada sorprendida del alumnado

- Marimo los niños - dijo Sanji separándose algo avergonzado

Zoro giró su rostro y miró seriamente a la clase que había dejado de recoger y cuchicheaba.

- ¿Algún problema con que bese a mi marido al acabar la clase? - preguntó con seriedad haciendo que el grupo de niños desviaran la mirada y comenzasen a guardar los equipos rápidamente.

El peliverde sonrió y besó la mejilla del rubio.

- Eres un caso musgo ¿nos vamos?

- Sí, deja que me cambie y salimos a celebrar tu vejez

- Idiota - sonrió mientras veía a Zoro irse al vestuario del personal

Se despidieron de Mihawk y salieron del dojo.

- Vamos marimo que ya vamos justos de tiempo

- Espera que quiero darte tu regalo antes de ir con el resto - le pasó un casco al rubio y subieron a la moto que el peliverde había conseguido comprarse el año anterior

Después de varias vueltas y equivocaciones Zoro aparcó en un barrio residencial cercano y sacó el teléfono para comprobar la dirección.

- A la quinta va la vencida - bajó de la moto y tapó los ojos de Sanji

- ¿Musgo a donde me llevas?

- Es una sorpresa, espero que te guste porque si no me matas

- Uy miedo me dan tus sorpresas - dijo mientras se dejaba llevar por el espadachín

Notó el tintineo de unas llaves y luego escuchó una puerta abrirse, definitivamente sabía que habían cogido un ascensor con anterioridad y dado un par de vueltas.

- ¿Puedo mirar ya?

- Espera no seas ansioso

- Tengo la sensación de que intentas secuestrarme en un zulo - Zoro sacó la venda de los ojos del rubio y en cuanto se acostumbró a la luz pudo comprobar que estaba en la entrada de una casa con un amplio salón

- Sabes que llevamos años diciendo de alquilar algo más grande y que al final nunca tienes tiempo por culpa del trabajo así que he estado buscando por mi cuenta y creo que esta te podría gustar, sobre todo la cocina - al rubio se le iluminó el rostro y fue corriendo en busca de la cocina para encontrarse con la estancia de sus sueños. Todos los electrodomésticos eran nuevos y de gama de restaurante profesional, una enorme isla que separaba la estancia del comedor y un gran ventanal que le daba luminosidad al espacio

CONOCIÉNDOTE (Sanzo/Zosan +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora