Sunglasses at Night

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Llevaba aproximadamente una hora tocando la desgatada puerta del departamento, aun así, no les prestaría atención a sus nudillos ensangrentados ni al dolor, en realidad, ya no les prestaba atención a muchas cosas, ya era como si ciertos detalles no estuvieran ahí.

Soltó un pesado suspiro, se hizo dos pasos hacia atrás y dio una fuerte patada a la puerta haciendo que esta se abriera. Igual nadie le reclamaría nada, estaba en los barrios bajos, a nadie le interesaba detener el vandalismo.

—¿Enid? —preguntó a la nada.

El pequeño departamento estaba casi cayéndose, se estaba deshaciendo junto con toda la horrible y pobre colonia. Merlina pudo divisar la mesita de noche estaba en lo que se supone era una pequeña sala. Encima de ella podía aun verse las líneas de polvo blanco.

Merlina continuo su camino dentro de la horrible propiedad. Para su suerte encontró un bat de beisbol en su camino, lo tomó y se dirigió a la habitación principal. Esta vez en total silencio.

Al llegar a su objetivo, diviso la cama donde dos bultos se podían apreciar, ni siquiera pregunto, cuando de un momento a otro golpeo con toda su fuerza uno de ellos y un espantoso grito lleno la habitación. De entre las sábanas rodó un cuerpo masculino, totalmente desnudo, y otro femenino brotó espantado, en las mismas condiciones de desnudes.

—Lárgate —dijo Merlina en un tono casi sereno.

El chico la miró asustado, no necesito de ninguna amenaza para huir del lugar, tomo lo que supuso era su ropa y se fue del lugar.

—¿Amor? —dijo la chica desnuda— no te escuche.

—Me doy cuenta —respondió, arrojó el bat a algún rincón de la habitación y se aproximó a su novia. —¿Dormiste bien? —preguntó ya sentada en la cama, acariciando el blanco rostro frente a ella.

—Si —Enid llevaba días... bueno eso ella querías creer, ya no notaba el paso del tiempo, dejémoslo en días, llevaba días notando esa actitud en Merlina, era como si no mirara sus errores más que evidentes.

No pudo sostenerle la mirada y agacho la cabeza.

—Déjame mirarte —Merlina tomó sus mejillas y observo cada detalle de su rostro— tu nariz, está sangrando.

Limpio el líquido con su pulgar.

—Está bien —afirmo Enid— no te preocupes por eso. —Aquella afirmación provoco en Merlina una sonrisa.

—Lo sé, sé que todo está bien.

Dicho eso, Merlina junto sus labios con los de Enid, un beso lento, suave, saboreando la saliva y lengua de su novia, no tenía prisa alguna.

...

Las luces violetas giraban por todo el lugar y las personas bailaban sin importarles nada a su alrededor. En medio de aquel bullicio, una chica de trenzas negras estaba arrumbada con unos lentes de sol en su rostro.

Adams Merlina se giró levemente al escuchar la voz de su amigo y su nombreme tope con Ajax hace un rato.

Merlina no contesto, y con los lentes oscuros era difícil decir si estaba prestando atención.

Tenía una horrible bola en la espalda como si alguien lo hubiera golpeado.

La Adams siguió sin contestar.

Me lo contó Merlina, ¿Cuántas veces Enid te ha engañado con ese estúpido?

Ella no hizo eso, no digas tonterías respondió de forma tranquila—. Enid me ama a mí.

October Change WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora