Break ball

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Ese anillo era como una cadena a sus ojos.

—Ya es hora, señorita Addams —El abogado Thorpe tenía un maletín en su mano.

—¿De qué sirve clavar un corazón a otro en vano?

El abogado supuso que era una pregunta retórica por el semblante de su clienta, así que se abstuvo de comentarios.

Ya en camino a los juzgados, la mente de Merlina volva a pasados recuerdos que solo le llenaban más la cabeza de preguntas, "tal vez eran demasiado jóvenes en ese entonces y se lanzaron a casarse sin preguntarse por qué", cada beso se revivía en su mente, besos que la habían hecho caer en un dulce hechizo que hoy terminaba.

No pudo prever el irremediable final, se lamentaba por eso, pero es que no solo ella creía ciega en ese amor, nadie podía negar aquel hecho y ahora está ahí a punto de firmar su divorcio. Entonces porque un simple día solo encontró una nota que decía "me marche" y meses después una demanda de divorcio.

Merlina se preguntaba cuanto tiempo estuvo viviendo esa mentira, cuando se iba a dar cuenta que su cuento de horror no tendría un final donde se quedaba con su amor. Suspiró y tomó fuerza para lo que le venía.

Llegó como una bola de demolición a los juzgados, iba a conservar la poca dignidad que le quedaba no iba a permitir que nadie se diera cuenta de que aun amaba a esa mujer, de esa manera que jamás lo volvería a hacer. Pero una vez frente a ella se topó con una pared densa de indiferencia, una pared que parecía que no iba a lograr romper. Ambas se sentaron frente al juez con sus respetivos abogados cada una.

—Señorita Addams...

—Sinclair —interrumpió Enid —mi apellido es Sinclair.

Merlina sintió como algunas de las fibras de su corazón se terminaban de romper.

—Si, señorita Sinclair, aquí dice que usted solo busca la resolución de su diversión y que no quiere nada de los bienes de la señorita Addams.

—Así es, solo quiero el divorcio sin ningún alboroto.

Merlina suspiró y se miró las manos, como si ahí fuera a encontrar la solución para que Enid no se fuera de su lado, como iba a dejarla ir si ya la tenía en un pedestal, en lo más alto de su cielo gris cómo la iba a bajar de ahí.

—Bien —el juez comenzó a separar los documentos que les daría a firmar — ¿usted señorita Addams tiene algún inconveniente?

—Ninguno —la respuesta hizo que le quemara la garganta. De su matrimonio solo quedarían cenizas una vez que firmara.

—Bien —dijo casi alegre el juez, no lo culpen esos procesos siempre son tediosos y lo fácil que se resolvio lo llenaba de tranquilidad —solo firmen el acta de divorcio y quedaran oficialmente libres de compromisos legales con la otra.

Enid firmó sin rechistar y con prisa casi ansiosa. Eso destrozó a Merlina no había ni una pizca de arrepentimiento en su mirada, aun contempló el papel un momento antes de entregárselo a Merlina quien lo tomó casi temblando.

Al observarlo sintió que su ser se desmoronaba, quería rechazarlo y luchar porque Enid cambiara de opinión, pero en la mirada de Enid solo había determinación, entonces Merlina simplemente la quiso dejar ganar, aunque eso la destruyera por completo. Así que firmo.

Estaba hecho ahora era una mujer soltera, ya no la tenía.

—Excelente —el juez tomó el acta — felicidades oficialmente están divorciadas.

—¡Si! —ese si vino del abogado de Enid, quien la tomó en brazos y la besó de emoción.

El arrastre agresivo de la silla de Merlina se escuchó, seguido del azote de la puerta, Thorpe no espero ninguna señal y fue tras ella.

—¡Addams! —gritó al verla ya en el auto.

—Será mejor que pidas un taxi, no creo que una chofer destruida te sirva.

—Yo conduzco —ofreció temiendo por la vida de su clienta.

—No te preocupes, tu pago ya está hecho, sí muero no te afectara.

Sin más intercambio de información acelero, no permitiría que nadie viera que ese día la destruyeron con la fuerza de una bola de demolición.  

October Change WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora