PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

CHAPTER EIGHT.

𝕊𝕥𝕠𝕣𝕞
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—Hola Wayne, te traje la cena —Entro quitando mi chaqueta, está lloviendo muy fuerte.

—Hola hija ¿Qué tal la cena con los Harrington? —se acerca a recibir la bolsa.

—Bien, nos actualizamos en los chismes —suelto una risa —. Ruby insistió en que te trajera un poco de comida.

—Es una mujer muy amable —se dirige a la cocina para servirla —Steve y Ruby me visitan a menudo, han estado muy pendientes de mí.

—Lo sé, Ruby me contó sus fines de semana de picnic con Ethan —sonreímos, de verdad estoy muy agradecida de que Steve haya estado presente junto a su esposa.

—Gill, debes asegurarte de cerrar bien tu ventana, la tormenta está demasiado fuerte —asiento mientras subo las escaleras, las luces empiezan a parpadear y al tiempo miramos las lámparas del techo —. Casi siempre parpadean cuando hay tormenta.

—Está bien, buenas noches, Wayne que descanses. —

Quito mi ropa para ponerme la de dormir, me aseguro de la ventana tal como lo sugirió Wayne, limpio mi rostro frente al espejo. La carta que le escribí a Eddie está en otra posición. Está dentro del sobre, pero esta doblada diferente. Tal vez Wayne sintió curiosidad, pero el jamás entra a esta habitación. A veces vuelvo a leerla, quizá no me di cuenta y la guardé así, finalmente le resto importancia.

La lluvia golpea la ventana, pienso en las cosas que hablé con Steve. Es muy probable que Vecna quiera vengarse, tenemos que estar preparados. Me concentro en el sonido de la lluvia. mis ojos empiezan a pesar. Se siente un poco de frio, creo que dormí algunos minutos.

Aún está lloviendo, me giro para tomar las sabanas y cubrirme. Hay una sensación extraña a mi alrededor además del frio. Abro mis ojos y todo está oscuro, solo se cuelan algunos destellos de las luces de los postes de la calle.

Desde mi posición muevo mis ojos viendo alrededor oscuro, mi corazón se acelera por un momento, hay una silueta junto a la ventana. Me quedo paralizada, no puedo pensar, en ese instante cae un relámpago alumbrando aún más la ventana. Ilumina un poco más la figura y puedo jurar que es Eddie.

—¡Mierda! —me siento rápidamente para encender la lampara junto a mi cama. Al girar no hay nada, es obvio que no hay nadie.
Trato de calmar mi respiración. Claramente todo esto es producto de mi imaginación.

—Creo que ya me estoy volviendo loca.

Tardo en conciliar el sueño de nuevo mirando al techo. Mientras lo logro, pienso en que es mi mente jugando conmigo y los deseos inconscientes de volver a verlo me hacen materializarlos a mi alrededor.

Eddie jamás sale de mi mente y más allá de asustarme, me siento agradecida de haber imaginado su silueta junto a la ventana, me doy cuenta de que el recuerdo de su rostro permanece intacto en mi cabeza.

𝟸𝟶 𝚍𝚎 𝙹𝚞𝚕𝚒𝚘 𝟷𝟿𝟿𝟺

Llevo casi tres meses trabajando en el laboratorio junto a Steve, hacemos muchas cosas aquí. Aun aparecen algunos animales en el bosque y hay máquinas rastreadoras monitoreando el lugar todo el tiempo.

Aparecieron dos siervos, uno grande y uno pequeño, ambos tienen mordidas distintas, así que tomo las muestras correspondientes. Tenemos los registros del ADN de varias criaturas que existen en el Upside Down.
El siervo grande tiene mordidas más profundas, su piel y su carne están desgarradas en un solo costado, como si la criatura que lo atacó comiera solo en ese punto, mientras que el otro tiene mordidas más pequeñas y están repartidas en la zona de cuello.