PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

CHAPTER TWENTY-NINE. 🦇

𝕊𝕦𝕣𝕧𝕚𝕧𝕒𝕝
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𝙽𝚘𝚟𝚒𝚎𝚖𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟿𝟻.

Frank dejará la casa la primera semana de diciembre, junto a ella algunos muebles que no van a necesitar en LA, él nos hizo una invitación a cenar y conocí la casa, es mucho más hermosa de lo que Eddie describió y algo dentro de mi dice que seremos muy felices en ese lugar.

Ahorramos el dinero que más podemos, en una llamada le contamos a Wayne nuestros futuros planes, nos hace saber que está feliz por nosotros. Seguimos yendo a la playa la mayoría de las tardes, se convirtió en un momento de contemplación y tranquilidad.

En estos momentos no importa cuanta oscuridad hubo en nuestras vidas, creo plenamente en que todo el camino estuvo trazado para nosotros.

—Debemos hacer nuevamente nuestras maletas —caminamos de la mano por la orilla de la playa.

—¿Estás emocionada? —pregunta.

—Estás aquí conmigo, es mucho mejor que cualquier cosa que haya imaginado —no puedo dejar de sonreír, me gusta como la arena se desliza suavemente bajo mis pies y como las olas rompen en la orilla borrando las huellas detrás de nosotros.

—No huiste, a pesar de todo lo que decían de mi en Hawkins —cubre con la mano el destello de la cálida luz del atardecer que choca en sus ojos —contigo fue la primera vez en mi vida en la que no me sentí solo.

Me fijo en nuestros pasos coordinados, en su mano entrelazada con la mía y en la cantidad de veces que soñé con esté momento.

—Leí la libreta que dejaste en tu auto, aunque estuve cerca algún tiempo no podía saber tus pensamientos —veo su perfil y una sonrisa se dibuja en su rostro —, la forma en que hablas de mí y para mí es como si yo fuera alguien valiente y especial, ni siquiera yo me veo de esa forma.

—Solo me bastó verte a los ojos para darme cuenta de que eras mucho más que simples rumores, Eddie.

—Hace nueve años no tuve tiempo de decirte que antes de conocerte nunca me preocupé por nadie —nos detenemos para vernos frente a frente dejando que el viento juegue con nuestro cabello —y de la misma forma nadie se preocupó por mí, decían "así es Eddie, el freak", nadie esperó nada de mí —acaricio delicadamente su rostro, escuchando atentamente sus palabras —, entonces tu me diste tu confianza y tu amor, creíste que yo era suficiente cuando nadie más lo hizo.

—Eddie... —mi corazón se arruga, entiendo perfectamente lo que dice.

Una de sus manos encuentra lugar en mi cintura y la otra trata de acomodar los mechones rebeldes detrás de mi oreja.

—Hiciste que yo también lo creyera.

—Eres un hombre maravilloso y bondadoso, me siento muy afortunada de que estés enamorado de mi —niega con su cabeza al tiempo que sonríe, dejándome apreciar las líneas que se forman en la comisura de sus labios.

—Te necesito, Gill, te necesito más de lo que tú a mi —su voz se corta y un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas, me apresuro a limpiarlas con mis pulgares —, eso no es justo.

—Yo también te necesito, no pude, ni puedo vivir sin ti...

—Si todo fuera diferente, estarías en esta misma playa sin mí —me interrumpe.

—Tal vez, sin embargo estuviste presente siempre y la verdad es que... en este momento no imagino estar sin ti —toma mi rostro, de modo que sus palmas cubren mis oídos.