PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

CHAPTER TWENTY-THREE. 🦇

ℙ𝕣𝕖𝕕𝕒𝕥𝕠𝕣
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Miramos las pocas estrellas del cielo, nos recostamos dejando nuestra espalda en el panorámico del auto, mi cabeza descansa en su brazo, devolviéndome la paz.

—Eddie... —hace un sonido respondiendo —¿te sientes bien así? ¿Cómo eres ahora?

—¿A qué te refieres?

—¿Estás seguro de que quieres intentar revertir tus cambios biológicos? —se acomoda buscando mi cara, tiene las cejas fruncidas y una pequeña sonrisa en sus labios.

—¿Por qué me preguntas eso?

—Tus habilidades son fantásticas y eres fuerte, eres un vampiro, como Kas —reímos de mis palabras y él decide acariciar mi mejilla con sus nudillos —¿Por qué desearías ser un humano común como yo?

—La única razón por la que quiero intentar revertir esto es por ti, porque quiero estar contigo, sin exponerte al peligro o hacerte daño —sus ojos rojos brillantes se mueven sobre mis ojos cafés comunes.

—¿Te gusta como eres ahora? —hay una sonrisa traviesa en su rostro.

—Hay cosas geniales, llevo ocho años viviendo de esta forma, supongo que me adaptaré de nuevo si funciona eso de revertir los cambios —entrecierra sus ojos con curiosidad —. Dime ¿Qué es lo que te inquieta? —me encojo de hombros y una risa nerviosa se escapa de mi boca.

—Tengo curiosidad —acaricio su mejilla deslizando mis dedos hasta su cuello —me parecen fascinantes tus habilidades y las capacidades de tu cuerpo.

—¿Si dejo de ser un vampiro ya no me vas a querer? —pregunta en medio de una risa.

—Claro que no... te he amado de todas las formas posibles.

—Peeeerooooo... —bromea usando una voz graciosa.

—No hay peros, amor —me aferro a su cuello y enredo mis dedos en su hermoso cabello por detrás de su cabeza —solo que es maravilloso como biológicamente funciona tu cuerpo, como sana tu piel, tu fuerza, tus ojos, sé que tus sentidos son más agudos, puedes detectar cosas en la naturaleza completamente imperceptibles para mí y aunque nunca te he visto cazar imagino el sigilo con el que lo haces.

—Me aterraba mucho que me vieras así —arquea sus cejas al hablar, sé que mantener oculto y solo, fue muy difícil para él —, me aterraba que me tuvieras miedo y de todas las veces que quise acercarme; esa fue la razón por la que no lo hice.

—Gracias por enseñarme todo esto —me acerco a sus labios y sin dudar corresponde a mi beso.

Sus manos recorren mi espalda logrando que mi respiración empiece a cambiar, los besos de Eddie me hipnotizan completamente, despiertan un montón de sensaciones indescriptibles.
Vuelvo a acariciar su rostro, ahora con ambas manos, esos pequeños sonidos que se escapan de su garganta me seducen y me invitan a continuar con mis caricias.

Me rio de mi torpeza, la superficie del capó es lisa y mis rodillas se resbalaron cuando intenté cruzar una sobre él. Con un movimiento exacto y veloz me toma del muslo y me ayuda a acomodarme encima. Su espalda está ligeramente flexionada gracias al panorámico, dobla sus rodillas generando un soporte firme para nuestros cuerpos.

Intento no separarme de sus suaves labios, trato de capturar cada sensación en mi mente, sus grandes manos acarician mis piernas hasta mis caderas, incluso sobre la ropa hace que mi piel arda de deseo.

—¿Quieres hacerlo aquí? —interrumpe nuestro beso con sus palabras y al tiempo sus manos llegan a mi trasero, aprieta lo justo para robarme un pequeño jadeo sobre su boca.