CHAPTER TWENTY-FIVE.

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𝕋𝕖𝕤𝕥𝕚𝕟𝕘
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Retomamos el aliento, dejé mi cabeza recostada en su brazo, ambos boca arriba mirando al cielo, mi energía está en ceros y mi cuerpo se comporta como si fuera de hule. Las nubes cubrieron de nuevo el cielo.

—Me encanta este lugar —murmuro.

—Parece que te perdieras en el tiempo aquí —responde.

—Estoy muy feliz de que hayas regresado, de nuevo.

—No puedo vivir sin ti, Gill —dirijo mi vista a su rostro, Eddie no despega sus ojos del cielo —. Luché para alejarme de ti, pero no pude —emite una risa floja —solo quiero que hagas las pruebas de tus experimentos en mi cuerpo, no me importa el resultado, me voy a quedar contigo.

—¿De verdad, mi amor? ¿lo prometes? —cuestioné al tiempo que puse mi mentón en su pecho para poder verlo mejor.

—Te lo prometo, no voy a dejarte de nuevo —voltea verme dejando sus ojos rojos fijos en mis pupilas —. El mundo entero puede irse al infierno.

Unas gotas caen del cielo, tomándome por sorpresa, todavía estamos desnudos y sin refugio.

—Debemos irnos, amor —Eddie toma mi mano para levantarnos juntos del suelo, rápidamente busca mi abrigo —tu camiseta ya no sirve —ambos reímos mientras me ayuda a ponérmelo.

Me pongo el pantalón y los tenis, tratamos de vestirnos rápido, pero la lluvia cada vez es más fuerte. Eddie sonríe tratando de mirar al cielo, me quedo tonta viendo como las gotas golpean su rostro.

—Vamos a casa, no quiero que te enfermes —acuna mis mejillas para darme un pequeño beso combinado con la lluvia.

Juntos corremos de la mano por en medio del bosque hasta el auto, es inevitable reír, ahora estamos completamente empapados huyendo de la escena como si acabáramos de hacer una travesura.

—Me duelen las piernas, Eddie —comento entre risas ahogadas por lo agitada que estoy después de correr y mientras busco las llaves en el bolsillo de mi abrigo.

—Yo conduzco —me guía a la puerta del copiloto para abrirla, acepto dándole un pequeño beso.

—Parece que será una tormenta —capturo aire caliente entre mis manos tratando de adquirir algo de calor.

—Te gustan las tormentas ¿no? —me mira de reojo mientras enciende el auto.

—¿Esta vez dormirás conmigo?

—Si, preciosa, dormiremos juntos, como en los viejos tiempos —para mí, sus palabras son suficientes.

No sé en qué momento me quedé dormida, lo próximo que siento es a Eddie sacándome del auto y luego subiendo las escaleras conmigo en brazos, adormilada lo único que hago es aferrarme a su ropa húmeda.

Me deja en la cama, golpea suavemente mi mejilla para despertarme, por fin abro los ojos, los restriego con mis nudillos tratando de concentrarme.

—Voy a quitarte la ropa —Se deshace de mi abrigo y enseguida del pantalón, es inevitable que mi cuerpo empiece a temblar por la sensación de frio después de quitar la ropa húmeda.

Eddie se detiene a ver cerca de mi clavícula, en donde enterró sus colmillos, pasa sus dedos acariciando, tendré un par de pequeñas cicatrices nuevas pronto.

—Estoy bien —noto en su mirada algo de culpa, sé que lo disfrutó, pero ahora su cabeza esta fría.

—Lo siento... —susurra dejando un pequeño beso en el lugar. Se levanta para buscar una toalla —ven, vamos a la ducha.

PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora