PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

🦇 EXTRA🦇

𝔻𝕖𝕤𝕥𝕚𝕟𝕒𝕥𝕚𝕠𝕟.
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𝙵𝚎𝚋𝚛𝚎𝚛𝚘 𝟷𝟿𝟿𝟼

Si hace diez años me hubieran preguntado como imaginaba el futuro, mi respuesta jamás sería que me veía viviendo en una linda casa cerca a una playa en California, y menos junto a mi novia de la preparatoria y aún mas remoto, junto a mi novia de la preparatoria embarazada.

Su vientre crece cada día, ya superó el quinto mes y ha sido un camino lleno de aprendizaje e incertidumbre, ella dice que me ama pero en ocasiones parezco el ser mas odiado del planeta.

Su pecho se mueve lento a causa de su respiración, puedo notar el sudor en su cuello, exactamente entre sus clavículas,  las sombras parecen olas gracias al movimiento de las cortinas, la observo en medio de la noche... dormir no es algo que haya recuperado del todo y adoro verla hacerlo, lo he hecho durante años, es gratificante y a la vez satisfactorio. Ella no lo sabe, pero, en varias ocasiones, al salir el sol, he fingido dormir, solo para que ella me acaricie y me de pequeños besos, a veces susurra que me ama creyendo que sigo dormido y eso es suficiente para empezar mi día.

Gill se removió y puso una mano en su vientre, acariciando un costado, mi corazón se aceleró sin ninguna razón aparente.

—Se movió —balbuceó aún con los ojos cerrados.

—¿Qué? —pregunté desconcertado.

—Se movió —repitió, sin dudarlo puse la mano en su vientre, y como magia algo golpeó mi palma, me reí y una emoción crece, como si algo estuviera floreciendo por dentro.

—Hola... —susurré... Gill levantó su camiseta para dejarme sentir su piel, puedo asegurar que he visto centímetro a centímetro como ha crecido su panza, busco su rostro y ella me sonríe aún adormilada —¿es la primera vez que lo sientes moverse?

—Es la primera vez que lo hace tan fuerte —respondió. Dejé un beso en su mejilla y luego me acerqué a su ombligo, puse mi mejilla aún viéndola a los ojos, seguí acariciando y de nuevo sucedió.

Desde el primer momento sentí una conexión inmensa, de hecho, presentí sobre su embarazo antes de que me lo dijera, aunque no supe como interpretarlo, fue una sorpresa, una hermosa y bienvenida sorpresa.

—Hola... ¿sabes que aún es de madrugada? —un empujón en mi mejilla hizo estallar mi corazón, me escucha, estoy seguro de que me escucha —yo también quiero conocerte.

—¿Cómo? —dijo Gill, no entiendo su pregunta, acaricia mi cabeza, me mira extrañada con el ceño fruncido y no lo entiendo.

—¿Qué cosa,  amor?

—¿Le respondiste algo al bebé? —me quedé en silencio, analizando, bese arriba de su ombligo, hubo algo en mi mente y en mis sentidos, no fueron palabras, es como si solo hubiera puesto una intención en mi conciencia.

—Creo que puedo sentirlo —sonreí —quizá tenemos algo especial.

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Mientras Gill termina de ducharse preparo un jugo de naranja, el último mes ha sido su favorito al desayuno. Escucho sus pasos bajando por las escaleras.

—Gracias, Eddie —recibió el vaso con jugo y dejó un beso en mi brazo. Me senté a su lado en la mesa, acaricie su rostro y quité el cabello de su frente.

—¿No dormiste bien? —las ojeras son evidentes además de su baja energía.

—Creo que al bebé le gusta la noche —ríe —. En dos días debemos hacer una ecografía.