PREDATOR LOVE - Eddie Munson +18

CHAPTER TWENTY-SEVEN. 🦇

𝕋𝕙𝕖 𝕥𝕙𝕚𝕟𝕘𝕤 𝕀 𝕒𝕝𝕨𝕒𝕪𝕤 𝕕𝕣𝕖𝕒𝕞𝕖𝕕 𝕠𝕗
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𝟸𝟶 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟿𝟻.

Dejé mi auto en casa para que Eddie le haga todas las revisiones pertinentes para nuestro viaje, así que vengo caminando desde la casa de Steve, fue mi último día en el laboratorio, todo está casi listo para irnos.

—¿Cómo va ese auto? —doy dos golpecitos al capo y en seguida Eddie sale de debajo. Tiene una camiseta sin mangas que en algún punto fue completamente blanca.

—Hola, mi amor —me da un beso sin acercarse demasiado —estaba cambiando el aceite y ensucie mi ropa.

—No volveré a pagarle a nadie para que lo haga —lo miro de arriba a abajo detallando sus brazos, se ve demasiado bien y no puedo evitar observarlo sin relamer mis labios.

—¿Estás pensando en cosas sucias verdad? —se burla mientras limpia sus manos con una toalla roja —puedo verlo en tu preciosa carita.

—¿Te falta mucho? —cambio el tema siguiéndole la broma y apretando mis labios aguantándome la risa.

—No, solo me falta revisar la batería.

—Bien... te espero adentro para cenar —le doy otro beso rápido antes de darle la espalda, siento su intensa mirada sobre mi hasta que abandono el garaje.

—Voy a extrañarlos mucho, pero a la vez me hace feliz de que puedan cumplir lo que siempre soñaron —Wayne toma nuestras manos sobre la mesa, es inevitable que mis lagrimas rueden por mi mejilla.

—Gracias tío, prometo que vendremos de vez en cuando —dice Eddie con su voz entrecortada.

—Hablaremos por teléfono como siempre lo hacíamos con Gill, así no nos sentimos tan lejos —nos sonríe también con lágrimas en los ojos.

—Gracias por todo, Wayne, debes seguir cuidando esta casa —hablo entre sollozos, limpio las lágrimas de mi rostro para acercarme y abrazarlo, Wayne me corresponde y luego es Eddie quien nos rodea a ambos entre sus brazos.

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Decidimos emprender nuestro viaje temprano en la mañana, guardamos nuestras cosas en varias maletas, tenemos nuestras pertenencias regadas por el suelo y la cama.

—¿Vas a llevar tus guitarras? —pregunto mientras escojo algunos libros para empacar.

—Creo que llevaré solo mi favorita, aunque debo conseguir un amplificador, hace muchos años no toco a esta bebé —sus cejas bailan divertidas mientras pasa sus dedos por las cuerdas.

—¿Quieres volver a tocar? —me acerco al espejo para reunir las fotografías, esta vez no dejaré ninguno de mis recuerdos.

—Si, aunque estoy muy oxidado —me abraza por la espalda y enseguida deja un beso en mi mejilla.

—Te amo, Eddie —digo mientras veo detenidamente una fotografía nuestra de la preparatoria, apoya su mentón en mi hombro para acompañarme a observarla.

—Lo sé —suelta una risita —, te he amado siempre.

—Soñé muchas veces con este momento —mi corazón se acelera y Eddie me aprieta aún más entre sus brazos —preparar nuestras maletas para irnos lejos de este maldito pueblo.

—Prometí que lo haríamos en cualquier momento —lo miro de reojo —me tarde más de ocho años, pero lo haremos.

Me hace reír, pero mi risa sale envuelta en un pequeño suspiro, me aferro a sus brazos estando segura de que mi lugar siempre ha sido con él, sin importar en donde ni cuándo.