Capítulo 21

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Al llegar a Alexandria, Rick llamó a todos los habitantes del pueblo para hablar sobre lo que querían hacer. Yo de verdad que intenté quedarme, dar mi opinión, pero tenía la sensación de que en el mismo momento que me levantase para decir lo que pensaba, iba a llorar. Ese no estaba siendo mi día, necesitaba un momento tranquila para volver a ser la Charlie de siempre.

Esperé fuera de la Iglesia a que terminase, sentada en los escalones mientras que dibujaba junto Ardilla. En cierto modo me sentí como cuando era pequeña y mi abuela me obligaba a ir a misa. Yo no dejaba el culo quieto, así que me decía que me quedase fuera, le hacía caso muy feliz e iba a fuera a dibujar.

Supe que todo terminó cuando se abrieron las puertas y empezaron a salir. Esperé a que se fueran todos y entré. Rosita, Maggie, Glenn, Abraham, Michonne, Aaron, Carol, Jesús, Daryl, Rick y Eugene se encontraban al rededor de la mesa con los planos puestos.

— ¿Les ha parecido bien?— pregunté yo sin poder creérmelo.

La verdad es que tenía puesta la fe en que la gente de Alexandria se negase.

— Es lo que hay que hacer— dijo Rick—. Cuando los matemos a todos ya no habrá nadie que te persiga, Charlie, recuperarás a tu familia.

En verdad tenía razón. La idea de salir sin miedo a cruzarme con ningún Salvador se apareció en mi mente y fue simplemente sensacional. También estaba lo de volver a ver a Lucas y Emma. Igualmente, seguía sin convencerme de todo el plan.

— ¿Hay alguna forma de que os convenza?— les pregunté.

Rick negó. Ya lo sabía. Tenían la decisión tomada, lo supe desde que entré, lo pude ver en sus ojos. Suspiré, me acerqué y miré los planos.

Estaban puestas varias entradas menos la trasera por donde yo había escapado. La verdad es que no les iba a poder ayudar mucho, solo había visto el interior, pero igualmente tomé el rotulador y marqué la salida trasera.

— Solo hay dos guardias ahí— les dije—. Tienen franco tiradores.

— ¿Eso significa qué...?

— No— me apresuré a cortarle, Jesús quería que estuviese de acuerdo, cosa que no estaría—. No lo apoyo, de hecho creo que es una horrible idea— suspiré—, pero si aún así vais a ir— tomé aire intentando poner mi mejor cara—, pues os ayudaré. Al final no hay nadie que tenga más ganas de matarlos que yo.

Eso le pilló desprevenido, pues se sorprendió al decirlo. Miré a Daryl, que estaba quieto, analizándome. De verdad, ojalá poder leer su mente. Acabé diciéndoles que me contasen su estúpido plan. Literalmente consistía en matarlos mientras que dormían. Mi cara se lo dijo todo a Jesús, que se apresuró a acercarse a mi y susurrar:

— No tienes que hacerlo.

Yo me giré, para mirarle a los ojos.

— Debo hacerlo.

Nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente. Sabía porqué no quería que fuera, no quería que me volviese a pasar lo mismo que la última vez, pero ahora sería diferente. Al final acabó asintiendo.

Seguimos repasando cosas, puliéndolo todo a la perfección. Nada más terminar, me fui corriendo hacia fuera. No sabía a dónde ir, así que cuando miré hacia la muralla, subí los escalones, le dije a la chica que estaba vigilando que yo la relevaba y me senté a mirar el horizonte.

— Tu hermano estaría de acuerdo con esto— oí una voz detrás de mi.

Yo suspiré al oír la voz de Jesús.

— Mi hermano intentó matar a Negan y se acabó fumando un porro con él, así que no hables de lo que está de acuerdo o no— respondí molesta antes de girarme para irme.

El Fin del Mundo ✶Daryl Dixon✶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora