Capítulo 25

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—  Creo que te voy a comer la boca, Amber—  dije cuando me explicó con detalle su plan.

Ella simplemente se rió, para seguir contándome. Después de eso, nos pasamos los siguientes dedicándonos a su plan.  Era muy inteligente y algo lento, pero como ella misma me había dicho, la venganza se sirve en un plato frío.

Su plan consistía en llevarnos bien con toda la gente posible que habitaba en el Santuario.

— ¿Quieres que finja que me caen bien?

Ella asintió.

— Tienes que ser la alegría del huerto, que todos te saluden cuando te vean pasar. ¿Crees poder hacerlo?

Claro que podía y lo hice. Tardé tres días en aprenderme los nombres de todos, pero ya los sabía, junto a sus problemas y lo que les gustaba hacer. Habían más de cien personas allí, así que lo había hecho de un sector grande, sobretodo de la gente que se ponía en el pequeño mercado, esos eran los que más interacción tenían con los demás.

Había conseguido incluso que Negan me cogiera más confianza, ya me dejaba danzar sola por ahí, eso sí, había reforzado la seguridad de las celdas, por eso todavía no me había ido. Amber tenía que volver a aprenderse los patrones del cambio de turno junto a los horarios.

Obviamente seguía teniendo que aguantar toda la mierda de los primeros días, pero al menos ahora los hombres de Negan me respetaban lo suficiente como para no intentar nada conmigo y la gente me trataba de forma amable, sobretodo las familias que estaban ahí porque pensaban que no tenían otro remedio. Ellos eran el eslabón más débil, a los que les había empezado a hablar de las comunidades que habían fuera de esas paredes.

Estaba implantando la duda por el Santuario y lo adoraba. 

Ahora estaba caminando por el mercado y no pude evitar darme cuenta de como los rumores de lo bien que se vivía en Alexandria se expandían, incluso había oído a algunos de los hombres más cercanos de Negan nombrándolo.

Sonreí, contenta de que el plan de la morena estuviese saliendo como esperábamos. Caminé tranquilamente a la sala, a hablar con ella. Nos solíamos reunir allí a la misma hora para actualizarnos la una a la otra de como iba todo. La verdad es que nos llevábamos sorprendentemente bien.

Entré para caminar directamente hacia ella.

— Charlie— oí la voz de Bill.

Me quedé quieta, mirando a la morena confusa, ella se encogió de hombros, así que me giré para verle. Tenía un ojo morado. Me hizo una seña para que fuese, por lo que caminé hacia él no muy convencida.

— ¿A quién cabreaste?— pregunté señalándole el ojo.

— A tu novio— respondió haciendo que me confundiera, le miré para preguntarle pero no me dejó, ya estaba tirando de mi para sacarme de allí—. Negan quiere verte.

Ignoré lo último.

— ¿Qué le hiciste?— pregunté.

Era la primera vez que hablaba conmigo desde aquella conversación que habíamos tenido. Para ser sincera, le estaba evitando, tenía la sensación de que desde que volviese a hablarme me saltaría a su cuello, pero extrañamente aquel día me desperté de buen humor, así que podía aguantarme.

— Le pedí a Dwight que me dejara encargarme de él— me dijo—. Te nombré y pues me pegó— le miré confundida—. Negan no sabe nada, no se va a llevar ninguna riña por ello.

Eso me confundió todavía más.

— ¿Por qué no se lo dices?

Se encogió de hombros.

El Fin del Mundo ✶Daryl Dixon✶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora