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Tardaste - lo miré de mala gana 

Lo siento - se disculpo 

¿Ya tienes lo que pedí? - pregunté 

Si - asintió - Elias ya hizo el amparo que comentó

Una de sus manos fueron a su bolsillo de rodilla y sacó unas llaves, las aventó dentro de mi celda y mi pie los detuvo.

El movimiento ya esta por terminar - me dijo - Solo estamos esperando a Hwan para el hackeo de las cámaras de seguridad

Esperen su señal - dije - Ya él sabe que hacer 

Asintió su cabeza y no me volvió a decir otra palabra, se dio la vuelta y se alejó de mi celda. Me agache para tomar las llaves y las guarde en mis botas, entre escondidas, miré al frente y la tardé comenzó.

No había reloj, lo único que te podrían brindar en este lugar, son libros o hacer algunas tareas, tejer, cocinar, limpiar o dedicarme a la jardinería. Te despertaban para iniciar cada uno de tu miserable día, caminabas directo a la cocina y ellos te servían la asquerosa comida que preparaban. 

Las miradas de cada una de las mujeres describían su vida y el motivo por el cual están en este lugar, algunas robaron, algunas asesinaron, pero hay otras donde hubo abuso en niños, mujeres, hombres, algunas de aquí quisieron hacer justicia por sus propias manos pero ser sincera la justicia en el país es asqueroso.

Puede que sea un país de primer mundo, con la mejor tecnología, con el mejor estilo de "vida" pero muchos extranjeros no sabían la cruda realidad de esto, suicidios a un alto nivel, explotación laboral. Algunas de aquí quisieron entrar al estilo de vida que tengo pero no lograron y ahora están pagando con una larga condena donde pasarán el resto de sus vidas aquí.

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Tres semanas transcurrieron desde mi traslado, las cosas en prisión ha sido un cambio algo interesante desde mi segundo día. Pude reclutar a dos mujeres.

Son Soyou y Nam Ji Hyun ambas son asesinas, pero por culpa de la pareja de Hwasa fueron arrestadas. Ellas tienen el mismo objetivo; matar a ese hombre, al entrarse de mi arrestó ellas se interesaron en mi al igual yo a ellas.

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Limpiaba mi cabello, todo estaba en tranquilidad en los baños, la mayoría había terminando y caminaban hacía sus respectivas celdas mientras que yo fui una de las últimas, seguía secando mi cabello cuando se escucho un estruendo fuerte.

Las sirenas comenzaron a sonar y el caos comenzó poco a poco, las demás mujeres que estaban conmigo se alarmaron y comenzaron a correr, una de las oficiales entró al baño y pidió que fuéramos directamente a nuestras celdas.

Ella tenía su arma dispuesta a disparar, me levanté rápidamente y caminé cerca de ella, el ruido lograba distraerla. Pero antes que diera el primer golpe, ella cayó inconsciente, la persona que la había golpeado fue Ji Hyun. 

Ji Hyun.- Justo a tiempo - dijo con una sonrisa en su rostro 

Vámonos - ordené 

Tomé su arma y las dos salimos de los baños para correr del otro lado del reclusorio, todas las mujeres gritaban, otras intentaban huir de este lugar. Logramos visualizar a Soyou que ella logró romper el candado de la parte trasera del reclusorio.

Las dos salieron primero y yo salí después de ellas, comenzaron a correr con mayor fuerza mientras se escuchaba el disturbio dentro, tardarían un par de horas para poder controlar el desastre, vimos una camioneta y al bajar logré ver a Hwan y a Jon. 

Jon.- ¡Corran! - gritó con fuerza 

Las tres seguimos corriendo y al entrar a la camioneta, se aceleró mientras nos alejamos de ese maldito lugar. 

Soyou.- Eso estuvo cerca - habló con la respiración agitada 

Ji Hyun.- Pensé que nunca lo lograríamos - se dijo a si misma 

¿El jet donde esta? - pregunté 

Hwan.- A diez kilómetros de aquí - respondió - El piloto ya nos esta esperando 

Me recargué y me relaje, mis músculos están tensos. Aún no estamos a salvo y puede que Dong- Wook se haya dado cuenta que no estoy, es cuestión de minutos o horas para que inicie una búsqueda para nosotras tres.

Al llegar al jet, erra arriesgarme que el jet estuviera cerca del reclusorio pero si no se hacía más cerca, era una desventaja para todos nosotros y no quería fallar en esta misión; todos bajamos de la camioneta y corrimos al jet, todos abordamos.

Jon cerró la puerta y le dio orden al piloto para despegar, hizo caso y se preparó mientras que nosotros nos sentamos y ajustamos nuestros cinturones, en minutos ya nos habías elevado al aire y despegamos.

Ellas dos me miraron y sonrieron, les devolví la sonrisa. 

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En todo el vuelo me la pase durmiendo, los demás siguen dormidos pero al ver el día a través de la ventana, suspiré aliviada; el piloto habló para avisarnos que ya habíamos llegado a Finlandia, poco a poco ellos despertaron y los miré tranquila. 

En media hora ya habías aterrizado y cuando se abrieron las puertas, el aire frío golpeo nuestros rostros, bajamos uno por uno y dos camionetas lujosas nos estaban esperando. Una de su gente bajó y miré a la mano derecha de Olavi, se acercó a nosotros y me miró tranquilo.

¿Llegó bien señora? - me preguntó 

Si Aleksi - respondí 

Su cabello rojizo llamaba demasiado la atención, sus ojos azules podían cautivar a cualquier mujer u hombre en este planeta. 

Aleksi.- La llevaré - me hizo señas y caminé primero 

Caminamos unos pasos a la primera camioneta donde el mismo bajo y antes de subir, me entrego un abrigo al igual a los demás les entregó. Cada uno subió, ellos subieron a la segunda camioneta. Al entrar dentro, el conductor comenzó acelerar para llevarnos a la mansión de su jefe.

Aleksi.- ¿Quiere que le diga información sobre las noticias? - preguntó tranquilamente 

No - respondí - Solo quiero un maldito chocolate caliente 

Una sonrisa apareció en su lindo rostro y no volvió a decir otra palabra, durante el camino miraba el paisaje, los arboles secos, la temporada ya estaba por iniciar y cuando eso pasa es porque el frío sería un dolor de trasero para ellos. 

Al llegar, la camioneta se detuvo y abrieron las puertas, bajé primero seguido de Aleksi, al igual que los demás bajaron y observaron el lugar, sus rostros lo decían todo, en especial para ellas. Caminamos hacía la puerta principal y al abrirse todos entramos.

El aire caliente golpeo nuestros rostros, el frío ya no nos molestaría ahora.

Aleksi.- Por favor síganme - nos pidió a todos 

Hicimos caso y lo seguimos por el pasillo, al parecer nos llevaría al comedor principal y por la hora que marcaba en su reloj, ya era del almuerzo. Podía escuchar voces y sabía de quienes eran, la detenernos pude mirarlos a todos.

Me sentía aliviada que todos estén bien, el plan funciono como lo había planeado, la preocupación se fue una vez que los miré a cada uno de ellos, sus expresiones al verme fueron de sorpresa y se levantaron de las sillas de madera.

Olavi.- Por fin - sonrió de lado 


Amore 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora