El Príncipe Cortado

Capitulo 59: Pérdida

Francesca Zabini no esperaba que la noche fuera de mal en peor.

Su estancia en Las Tres Escobas fue una agradable sorpresa teniendo en cuenta que su novio, Severus Snape, también estaba allí. Notó cómo Severus parecía más tímido de lo habitual después de notarla, pero no le importó; en lugar de eso, tomó la iniciativa de su conversación y le habló de Hogwarts, de cómo los estudiantes y profesores de Slytherin, incluido Horace Slughorn, fueron recibidos con ojos astutos y escépticos por parte de los demás.

"Todos pensaban que las serpientes eran plagas, pero pronto se darán cuenta de sus errores", dijo Severus sin darle importancia y Francesca se sorprendió con sus palabras contundentes pero también sutiles. Ella había sido testigo de algunas ocasiones en las que él conversaba con el Señor Oscuro y el otro hombre a menudo tomaba sus declaraciones en muy alta estima. Incluso las familias de sangre pura lo consideraban un gran activo que Albus Dumbledore había ignorado y estaban convencidos de que los Mortífagos seguramente ganarían la guerra.

Después de compartir un rápido beso en la frente (no pudo evitar preguntarse si Severus alguna vez había besado a su amigo de la infancia en los labios) frente a la estación de tren de Hogsmeade, Severus desapareció de la vista y Francesca sacó su varita de ébano para desbloquear Hogwarts. ' puertas.

"¡ Avada Kedavra! Alguien gritó detrás de ella y su corazón dio un vuelco de puro terror. OMS-

Al darse la vuelta, Francesca pudo ver que el indicador de la luz verde se acercaba rápidamente a ella y trató de evadir su muerte inminente solo para resbalar sobre las hojas mojadas esparcidas por el suelo, dejando escapar un gemido y cerrar los ojos en total derrota.

Pero entonces escuchó algo zumbando y rompiéndose en rápida sucesión, y se preguntó si había muerto cuando sintió pasar la fría ráfaga de viento otoñal y el cálido aliento de sus frenéticos jadeos. Parpadeando fuertemente, Francesca bajó el brazo derecho que había levantado por instinto y vio lo que realmente sucedió.

El brazalete de plata que Severus le regaló el día de San Valentín estaba roto; su araña se partió por la mitad mientras que el resto apenas se mantenía unido por los restos de magia. Pero... pero la salvó de ser asesinada. H-¿Cómo? Debería ser imposible bloquear la Maldición Asesina, pero aquí estaba ella, todavía viva y sin una cicatriz.

Miró para ver quién era su posible asesino y frunció el ceño al ver una figura tirada en el suelo, agarrando con fuerza su varita de ébano antes de arrastrarse hacia la forma boca abajo, sus ojos se abrieron con sumo horror e intensa rabia después de reconocer quién era la persona.

Lily Evans.

Su cabello rojo brillante brillaba bajo las luces de la calle de la estación de tren y Francesca se arrodilló a su lado, temiendo brevemente que la Maldición Asesina hubiera golpeado a la mujer y trató de tomarle el pulso. Por un breve momento, en realidad temió ir a Azkaban al igual que Severus temió, pero para su alivio, el corazón de Evans latía aunque un poco lento. Supuso que las secuelas se esperaban especialmente de su novio, quien prefería una forma pacifista de lidiar con las cosas, pero no podía evitar desear que la pelirroja realmente muriera debido a sus propias acciones.

Suspirando, Francesca agarró la mano de Evans y usó el relicario de traslador de piedra que Severus le había dado (cómo no podía agradecerle lo suficiente por protegerla) para teletransportarse a Malfoy Manor.

*********************************************

El intento de Lord Voldemort de crear un hechizo volador fue... no tan bueno.

Los numerosos libros y pergaminos cubrían el escritorio principal de la biblioteca de Malfoy Manor con él en el centro; Nagini casi se había alejado después de que él le dijera que necesitaba silencio total. Se había referido a muchos sujetos aviares e incluso había utilizado su propia forma animaga para su investigación, pero sólo podía suponer que eran los propios instintos del pájaro los que lo hacían volar; es decir, en busca de alimento y migrando. Sin mencionar que las aves necesitan una inmensa energía para mantenerse en el aire (incluso si se deslizan la mayor parte del tiempo) y dudaba que la energía humana, incluso con magia, pudiera compararse con ellas.