El Príncipe Cortado

Capitulo 31: Días Nevados

Llegó la Navidad y Francesca Zabini se despertó con un sentimiento de alegría en el corazón. Bostezando mientras se levantaba de su cama, sus ojos se iluminaron al ver la pequeña pila de regalos en el suelo y los examinó a todos para encontrar el que realmente esperaba.

Solo para que ella frunciera el ceño ante la caja más pequeña de todas; era del tamaño de una caja de anillo de compromiso. Después de inspeccionarlo de cerca, Francesca desenvolvió el artículo con cuidado y dejó escapar un grito ahogado cuando vio lo que había dentro y lo sacó.

Era un relicario de piedra; un lado tenía un cuervo grabado en la superficie mientras que el otro lado tenía una araña. Mordiéndose el labio inferior por la emoción, Francesca fue a leer la nota que Severus le había enviado:

Tu colgante de araña fue la inspiración para esto, espero que te guste. El botón debajo del cuervo estaba destinado a ser un Traslador; solo imagine su lugar más seguro y lo enviará allí de inmediato. Desearía poder asignarlo a diferentes ubicaciones, pero no funcionó, ¡así que elige bien!

Severus.

Fiel a sus palabras, había un interruptor debajo del cuervo de piedra. La primera opción de Francesca para introducir el traslador fue la casa de su familia, pero ¿no sería demasiado obvio? Decidiendo que podía esperar otro día, rápidamente notó que la araña era otro botón e intrigada, la presionó.

El relicario se abrió para revelar una imagen en movimiento de Severus sonriéndole. Cuando la imagen la saludó, distraídamente le devolvió el gesto con una sonrisa cariñosa.

¡Oh, qué hombre tan maravilloso era Severus Snape! Francesca simplemente no podía imaginar lo inteligente e innovador que había sido para hacerle ese regalo; ¡incluso pensó que su collar de araña de amatista palidecía en comparación con el de él! Solo esperaba que a él también le gustara su regalo a cambio.

Sonriendo con nostalgia a la fotografía en movimiento de su novio, cerró el relicario de piedra y se lo puso antes de ir a prepararse el desayuno.

************************************

Severus miró divertido el regalo de Navidad que Francesca le había enviado.

Como se predijo, se utilizó el motivo de la araña; esta vez era de color plateado y estaba tejido sobre un pañuelo negro. Se preguntó brevemente si ella tenía una fascinación con tales arácnidos, y frunció el ceño al pensar si su forma animaga también sería la misma.

El desayuno transcurrió con mínima perturbación y después de terminar su comida, Severus se preparó para hacerles una pregunta a sus antepasados.

"Uh..." comenzó, moviendo sus pulgares nerviosamente, "Espero que ninguno de ustedes tome esto a mal, pero... ¿Puedo traer una serpiente a casa? Estaba, eh... solo y quería seguirme hasta aquí." Él también había deseado que la mencionada serpiente pudiera salir de su sombrío hogar, pero ¿eso estaría en contra de la orden de Salazar Slytherin: que permaneciera en Hogwarts? ¿Podría siquiera llevarlo a la mansión?

Esperó ansiosamente mientras todos los Príncipes anteriores se volvían el uno al otro; incluso el fantasma residente de la mansión, Septimus Prince, lo miró con curiosidad. Aunque notó cómo Meredith Gaunt había levantado una ceja con interés y le devolvió el gesto a sabiendas.

"Severus, tú eres el actual Lord Prince", se rió Titus Prince, "¡No hay necesidad de pedirnos ese permiso! Pero, solo muestra cuánto valoras nuestro lema familiar; y eso fue algo de lo que estamos orgullosos. Por supuesto que se puede." Los otros intervinieron en su acuerdo, preguntándose qué tipo de serpiente traería su heredero a casa.