Capítulo 12. ANGELA MAREL

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Angela Marel.

Que bien se siente estar de vuelta a clases.

Al menos de la escuela nadie me había corrido, asi que era un lugar donde aun si podia venir.

He llegado temprano, en el aula solo hay algunos de mis compañeros. Se qué mis primeras horas son con Elena, y que bien, porque al mal tiempo hay que darle buena cara.

Ya estuve llorando todo el fin de semana, ya había sido suficiente. Este era el primer día para aplicar mi plan, para actuar como lo haría Valentina. Aunque yo no me parezco ni un poquito a ella así que de verdad estoy rogando con poder con esto.

__ Buenos días __ Kelsie es quen habla, se sienta a mi lado y trae su tipica sonrisa mañanera. Me agrada la gringa, siempre parece de tan buen humor __ me alegro por fin tener de vuelta a mi compañera.

Aww, pero que gringa más linda. Por eso la quiero tanto.

__ Ya extrañaba el ambiente escolar __ le digo.

__ Ya te extrañaba a ti.

¿No les digo? La mejor del mundo.

Mis compañeros fueron llegando poco a poco, y tan pronto como dio la hora en punto del comienzo de la clase escuche los tacones por el pasillo. Elena era extremadamente puntual siempre, ella se encargaba de dar tanto como exigia de nosotros.

La vi pasar por el marco de la puerta, con el termo en una mano y el bolso colgando en la otra. Su cabello no estaba suelto como acostumbraba llevarlo, de hecho llevaba media coleta, con algunos mechones cayendo a los lados de su rostro, era maravilloso como su piel blanca contrastaba de manera exquisita con el azabache de su cabello, y el rojo intenso de su labial.

Que dificil se habia vuelto para mi dormir sin ella.

Pero era aún más dificil observarla asi de preciosa y saber que no llegaré a casa más tarde para darle todos los besos que se me antojan en este momento.

Elena empezó la clase sin siquiera deterse a mirarme, de hecho parecia esquivarme a propósito. Aunque yo tampoco hacía mucho por buscarla a ella.

Sus clases eran dinámicas como siempre, solía incluirnos mucho y buscar que participemos activamente, así que sólo en las ocasiones en que levantaba mi mano y ella me daba la palabra es que teníamos un leve contacto. Porque Elena no dejaría de ser profesional como siempre ha sido, y aunque existen problemas entre nosotras, ella sigue siendo responsable de mi educación, así que nunca me excluye.

Cuando mis compañeros salen del aula, ella está ahí sobre su escritorio, revisando no se qué cosas en esa laptop pero parece muy concentrada, o quizás sólo se está haciendo tonta esperando que yo me vaya. Aunque no pienso hacerlo.

Permanezco sentada en el mismo sitio, con las piernas cruzadas y mirándola fijamente, la veo mirarme de reojo, como si no quisiera que yo lo note. Aunque lo hago, y cada vez que la atrapo mi sonrisa se ensancha.

Conozco lo mucho que ama el silencio y lo fácil que es molestarla incomodandola en su tranquilidad. Así que con una pluma en mis manos comienzo a pulsar un botón que saca la punta, y luego otra que se encarga de meterla, y así seguidamente por algunos minutos en los que se que aunque es leve, es un sonido que está acabando con su paciencia. La cual no es mucha.

Ella levanta la vista, mandándome una flecha de fuego para que pare con el ruidero, pero solo le sostengo la mirada y continuó con lo mismo.

__ ¿No piensas ir a tu siguiente clase?

__ No.

Indisciplina.

Segunda cosa en la lista que odia que rompa.

Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora