Último día del viaje.
Angela Marel:
En que momento de la noche me quedé dormida. Realmente no lo sé.
Pero desperté con aquel peso que me impedía moverme, y aunque la luz que estraba por la ventana no era suficiente como para lastimar mi vista, tuve que parpadear un par de veces antes de acostumbrarme a la claridad.
En la cama de enfrente, podía ver los cabellos rubios de Kelsie sobre la almohada. Tampoco la escuché llegar, no escuche llegar a nadie.
El brazo aferrado a mi cintura y la pierna perfectamente acomodada entre las mías me dicen que mi novia se quedó dormida igual que yo, y que seguramente no se acordó de ir a su habitación.
Así que no me muevo, simplemente disfruto de su cercanía y de su respiración en mi nuca. El que ella esté aquí a mi lado significa que al igual que yo, realmente disfruto nuestra noche de películas.
No tengo idea de quien apago la televisión, pero es posible que fuera Kelsie cuando llegó a la habitación.
Lo raro es que la rubia no nos haya despertado, o hecho cualquier cosa que perturbara nuestra paz. Si hasta podría decirse que se hizo la que no vio nada con tal de darnos la oportunidad de pasar la noche juntas.
Un regalo de Kelsie para nosotras. La oportunidad de despertar juntas y abrazadas un día más.
__ Mmhmm __ Los dedos de Elena se mueven sobre mi vientre, y sus quejidos me avisan que ha comenzado a despertar, la siento mover la cabeza y cuando se da cuenta de donde está, su abrazo se intensifica, me hala de la cintura acercándome más a ella, la siento dejar un beso en mi cabeza __ ¿Estás despierta?
__ Buenos días, Elenita.
__ Buenos días, mi amor __ la escucho susurrar.
Aún entre sus brazos me doy la vuelta sobre la cama y ahora la tengo de frente. Elena parece levantar un poco la cabeza, para mirar más allá de mis hombros.
__ ¿Viste llegar a Kelsie?
__ No __ le digo __ ¿escuchaste algo tu?
__ Tampoco __ me responde.
Me siento tan bien estando cerca de ella que me veo obligaba a esconder el rostro en su cuello y suspirar profundamente, tratando de guardar tanto de su aroma como puedo.
Ella acaricia mi cabello y mi espalda un momento, nos quedamos así, unidas. Antes de que ambas recordemos donde estamos y con quienes.
Así que Elena toma su celular de la mesita de noche, y al ver la hora en el párese entrar en pánico.
__ Es tarde __ se levanta, no sin antes dejar un beso en mi frente __ tengo que vigilar el desayuno y tengo que asegurarme de que todos comiencen a hacer las maletas.
__ Esta bien, amor __ Elena guarda el celular en su bolsillo y la veo buscar sus zapatos debajo de la cama, parece realmente apurada. __ ¿Te veo en el comedor?
__ Claro __ Ella se inclina sobre la cama y deja un pequeño pico en mis labios, es apenas un roce. Entonces sale de la habitación dejándome sola.
Bueno, la rubia dormida no cuenta.
Para cuando he terminado con mi rutina mañanera Kelsie ya ha despertado, y entra al baño tan pronto como salgo yo. No me tomo la molestia de esperarla, simplemente salgo de la habitación y me encaminó al comedor.
Es obvio que voy llegando tarde, ya todos se encuentran acomodaditos y no hay muchos sitios disponibles.
Me quedo parada dudando donde debería sentarme, aún tengo bien fresca en la memoria el conflicto que tuve ayer con mis compañeros. Así que no creo que estén muy contentos de tenerme en sus mesas.
ESTÁS LEYENDO
Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIO
Short StorySegunda parte de "Entendido, Profesora". En la universidad y después de el tiempo juntas la relación de Angela y Elena está más fuerte que nunca. Hasta que aquel intercambio fue anunciado, hasta que aquella joven extranjera llegó a la ciudad. La c...