Angela Marel:
Estaba en la oficina, sentada justo al frente de mi jefecita, en el mismo escritorio anotando todo lo que ella me pedía.
La notaba cansada, muchas veces se frotaba los ojos bajo los anteojos y bostezaba contagiandome a mi también.
Acabo de bostezar de nuevo solo de verla.
La había descubierto en varias ocasiones cerrar los ojos por un par de segundos, y cabecear despertándose de golpe. Era demasiado tierna y linda.
__ Necesito un café __ susurra y la veo con intenciones de levantarse.
__ Se lo traigo __ me ofrezco, ella niega con la cabeza.
__ No, Angela. Tú no estas para traer café.
Le sonrio, como dije, es una linda incluso con esa cara sería.
__ No es problema, usted mientras relájese un rato, ahora estoy aquí con su café.
Mi jefecita me mira y asiente, veo las esquinas de sus labios tiritar hacia arriba, pero ella no lo permite, conserva ese rostro serio.
Me encargo de hacer dos, uno para cada una, se perfectamente como le gusta tomarlo, convivo con ella todos los días, siempre estamos juntas, en la misma oficina, incluso si nunca platicamos, incluso cuando todo lo que siempre hacemos es trabajo, yo adoro a mi jefecita.
Es muy buena, en mis primeros días fue muy comprensiva conmigo, me tuvo toda la paciencia del mundo, me capacitó, me enseñó todo lo que sabía sin ningún tipo de recelo. Compartió su experiencia conmigo.
No es algo que todos los jefes hagan. Ella es diferente. Catalina es especial.
__ Muchas gracias, Angela __ toma el café entre sus manos. Ahora sí que me ha sonreído.
__ ¿No durmió anoche?
La señora Catalina sorbe un poco de café, me aguanto la risa cuando la veo juguetear un poco con la lengua, al parecer se ha quemado ligeramente.
__ Me quedé hasta tarde con unos pendientes.
__ Podría llamarme __ me ofrezco __ cuando tenga demasiado trabajo, estoy disponible para ayudar.
__ No te haré venir horas extras, estudias y tienes otras responsabilidades.
__ Podría llamarme __ le repito __ si no estoy disponible se lo diré, pero si no tengo mucho que hacer en la escuela puedo ayudarle.
__ Sus padres escogieron muy bien tu nombre, señorita.
Ella toma una de mis manos que esta sobre el escritorio, envuelve mis dedos con los suyos y me aprieta ligeramente.
__ ¿Por qué lo dice?
__ Porque definitivamente eres un ángel.
Y ahí estaba, esa sonrisa que nunca muestra, los oyuelos de sus mejillas se marcan profundamente y sus ojos en los míos me colocan un poco nerviosa.
Alejo mi mano lentamente de la suya y vuelvo a tomar los documentos, de nuevo al trabajo.
__ Gracias, jefa.
Ella arquea la ceja confundida, retira la mano también poco a poco, suspira y regresa la pantalla a la computadora.
__ Ok, anota...
Y volvemos a lo que estábamos, ignorando el tema anterior y simplemente trabajando juntas.
Fue un día agotador, teníamos mil y un cosas que hacer mientras más se acercaba el fin de mes, teníamos la empresa sobre nuestros hombros, no había procedimiento que se pudiera realizar sin que nuestra área confirmara el presupuesto primero.

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Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIO
Short StorySegunda parte de "Entendido, Profesora". En la universidad y después de el tiempo juntas la relación de Angela y Elena está más fuerte que nunca. Hasta que aquel intercambio fue anunciado, hasta que aquella joven extranjera llegó a la ciudad. La c...