Epílogo 2/2

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Parte 2/2 

Angela Landam:

Mi celular está sonando.

__ Hueles muy bien.

Elena pasa la nariz por mi cuello, sus manos están en mi cintura, recorren mi vientre y sus besos hacen aparición, pero yo no puedo concentrarme porque mi celular no deja de sonar.

__ Espera __ Intento estirar el brazo para alcanzarlo, Elena continua con los besos ahora un poco más abajo, ya hace mucho que se deshizo de mi blusa y mi brasier así que al menos de la mitad para arriba estoy desnuda __ mi celular.

Apenas logro tocar la orilla con la punta de mis dedos, la boca de Elena atrapa uno de mis senos lo que me hace entreabrir los labios y soltar un gemido. Pero mi celular vuelve a sonar con insistencia.

Cuando finalmente lo alcanzo respondo a la llamada sin detenerme a ver el nombre, porque el trabajo de mi esposa es maravilloso y sólo quiero que continue sin interrupciones.

__ ¿Sí? __ respondo, el ruido de fondo del otro lado es realmente fuerte, tanto que apenas logro entender lo que la persona dice, pero cuando por fin mi cabeza procesa toda la información mi libido desciende de inmediato __ Quédense ahí, no se muevan, no tardo.

Cómo puedo me saco a Elena de encima y recojo mis prendas del suelo.

__ ¿Qué pasa?

No me molesto en buscar el brasier, simplemente me coloco la blusa ante los ojos de mi esposa.

__ Ahora vengo.

__ ¿A dónde vas? __ no le respondo, revuelvo todo hasta encontrar mi bolso y las llaves del auto __ Angela.

__ ¡AHORA VENGO!

Elena me mira sorprendida, luego se deja caer en la cama.

__ Que genio.

__ Lo siento __ dejo un beso en sus labios __ no tardo, mi amor.

Creo que nunca he conducido tan rápido en la vida como hoy, cuando llego al lugar me cuesta encontrar donde estacionarme y termino estando un poco lejos, así que me toca correr una gran distancia, y con nada más que la blusa puesta tengo los senos brincando como locos por debajo de la tela.

La entrada del lugar está llena de gente, hay una fila interminable y un guardia en la puerta verificando identificaciones, me apresuro en encontrar la mía entre mis cosas, quiero estar preparada, no puedo perder un solo minuto.

Mientras más cerca estoy de la entrada las luces neón se hacen más visible, al igual que el olor a tabaco y a otras hierbas ya legales en el país, pero solo de manera medicinal. Tengo que cubrirme la nariz porque odio el olor a cigarro y además me da dolor de cabeza. Hay solo tres personas delante de mí cuando leo el gran cartel con el nombre del lugar.

Club nocturno "Olimpo"

Es por eso por lo que les piden identificación a los jóvenes, debe estar prohibido ingresar a este tipo de lugares a los menores de edad.

Cuando estoy frente al guardia completamente preparada para enseñar mi identificación el simplemente quita la cadena dejándome pasar.

__ ¿No la va a revisar?

__ No, es para verificar la edad de los jóvenes, con usted no hay problema, señora.

¿Me acaba de llamar vieja?

¡Qué tipo tan desagradable!

Indignada ingreso al club, la música es fuerte y esta todo tan oscuro y lleno de humo que no soy capaz de reconocer un solo rostro. Los chicos bailan entre ellos, beben, gritan y ríen, yo solo avanzo entre la multitud tratando de encontrar lo que vine a buscar.

Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora