Sábado, 22 de Julio del 2017.
─Entonces si esta ambulancia llega a fallar debido a que es la única para todo el hospital, ¿no habría un vehículo que atendiera una emergencia? ─lo había entendido bien, mas una confirmación nunca estaba mal.
─Así es. Antes, por allá en el 2008, teníamos más de cinco ambulancias, hacíamos fácilmente traslados al Hospital Central y tratábamos a tiempo los accidentes y envenenamientos de Gutt; pero ahora, debido a cómo están las cosas para todos ─hizo una mueca que marcó unas pocas arrugas en su frente─, solo nos queda una sola, y a duras penas. Es como un caballo viejo; será fiel y trabajador hasta que caiga muerto al suelo.
Gerson asintió. Era sábado por la mañana y se encontraba hablando con Fran acerca de ambulancias. Y eso, le había dado una ligera vuelta a su plan. Simplemente porque le gustaban las notas irónicas que dejaba en el aire. El moreno continuó caminando por el estacionamiento que estaba repleto de canarios en búsqueda de semillas qué comer.
─Antes había solo un par. Ahora fácil cuento más de sesenta. ─comentó Fran haciendo referencia a los canarios.
─Al menos no son peligrosos o algún tipo de inconveniente. ─miró con asco un scalp usado que yacía en el suelo del estacionamiento. Alzó su vista, divisando las montañas al fondo, cubiertas por nubes que desde allí se asemejaban al algodón estirado.
─¿Y eso que me preguntaste por las ambulancias? ─se encogió de hombros, restando importancia.
─Me dio curiosidad y pregunté.
─A ti siempre te ha movido la curiosidad, ¿verdad? ─Fran ladeó la cabeza, un gesto un tanto infantil que no se ajustaba a sus treinta y cinco años─. Desde que eras un niño. ─el pelinegro imitó su gesto.
─Todo interés nace de la curiosidad que alberga el ser humano de conocer una razón, un motivo. Ya sea un cuándo, un dónde o un por qué.
─Sí... Supongo que sí. ─musitó el mayor, dando así por terminada esa conversación.
Martes, 25 de Julio del 2017.
Picó con su tenedor las papas guisadas que estaban en el plato frente a él, tenían buena pinta, aunque claro que su abuelo nunca se le dio mal cocinar, así que sería absurdo que tuviera mal aspecto o mal sabor.
─Provecho. ─dijo su abuela con una suave sonrisa antes de empezar a comer lo que su esposo había preparado. Gerson miró de reojo a la pelirroja, la cual revolvía su comida en un patrón algo errático, mas supuso que debía de ser por el susto que pasó.
Eres una estúpida.
Mira en lo que te has metido.
Ahora, ¿quién sabrá lo que te pasará?¿Quién sabrá tu paradero?
No eres más que una tonta más que desaparecerá de este mundo por darse de confiada. Viste todas las señales, todos los peligros. Pero seguiste.
Mereces morir de esta manera. Traicionada por la persona de quién te enamoraste... Qué ilusa...
Eres la cosa más patética, sólo estás aquí porque no pudiste aguantar el adherirte a la primera persona que te dio un mínimo de atención, ¿no es así?
La cabeza le daba vueltas, sentía que en cualquier momento se caería de la silla como si estuviera ebria. Se forzó a comer. Probablemente fuera algo rico, pero ningún sabor era procesado por su cerebro en ese momento. La Voz insistía.
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No Estamos Locos, Somos Más Que Eso
Mystery / Thriller"Admite que te da curiosidad, él es como el fuego y tú una incauta polilla".