Capítulo 18

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6:25 p.m. Lunes, 31 de julio del 2017.

     Se estaba torturando. Y lo sabía, pero no podía evitarlo. La familia y amigos de Cloe se veían muy bonitos, normales, hasta ordinarios se atrevía a decir. Ella y Marcus se habían conocido de pequeños, probablemente crecieron en la misma calle, en el mismo pueblito donde todos se conocen entre sí y guardar tus sucios secretos es prácticamente imposible. Novios desde el Octavo Grado, comprometidos a los 25 años. Y luego, él muere.

     Si esto fuera un episodio de C.S.I. sería bastante sospechoso y culparían a la prometida. Pero Cloe no tenía un móvil para hacerlo y la policía de Gutt era muy floja para abrir una investigación por asesinato a lo que a simple vista parece un accidente. Y todos pensaban que así era.

     Entre sus amigos de Facebook y seguidores de Instagram y Twitter tenía a Velkan, al Doctor Contreras, hasta a Joel. Pero por ninguna parte estaba el pelinegro que buscaba. Lo cual significaba que se odiaban, porque ni siquiera por hipocresía estaba entre sus amigos, significaba que en la vida real ni se hablaban o soportaban. O eso quería creer. Entonces, ¿para qué habría querido hablar con él esa tarde?

     ─No. Me prometí que no seguiría haciendo esto.

     ¿Hacer qué? Si se puede saber, por supuesto.

     ─Acosar a las personas. Seguirlas, revisar sus redes sociales en búsqueda de cualquier vestigio, pistas de quiénes son en realidad, seguirlos mientras están en la calle. Ese tipo de cosas. Dije que no lo volvería a hacer. Eso lo hacen las personas mentalmente trastornadas.

     ¿Y tú no lo estás?

     ─L-lo estoy superando. ─cerró todas sus redes sociales. No debía hacer eso, era como invasión a la privacidad. Y ella sabía que no estaba bien.

     Miró el libro que estaba en su mesita de noche. El libro que esa mañana había salido a comprar para Gerson. Y ahora ninguno sabía dónde estaba él.

     ─¿Se puede? ─ella asintió y su padre se sentó en el borde de su cama. Ella estaba colgada de cabeza─. Sofía, si sigues así se te irá toda la sangre a la cabeza y te vas a marear cuando te levantes.

     ─Lo sé, pero es entretenido ver el mundo cuando estás de cabeza.

     ─Mira, a lo que venía es a pedirte que me disculpes. Perdón por gritarte, siento que es la única manera en la que me escuchas ─dejó caer las manos a sus costados─. Desde que eras pequeña ha sido así. Pero yo también lo fui y mi mamá me gritaba y pegaba mucho por eso.

     »Me puse a pensar en eso, yo amaba a mi mamá, pero tampoco tenía que haberme tratado así. Y me di cuenta de que he estado haciendo lo mismo contigo. Sé que probablemente ya es muy tarde para cambiarlo, que me odias y te he habré herido, más quería decírtelo.

     La pelirroja se enderezó en la cama ¿Qué carajos estaba pasando y dónde estaba su verdadero padre? A menos que el apocalipsis estuviera cerca, creía que ese día nunca llegaría.

     ─Yo... No te odio. Me abrumas con tus constantes celos y comparaciones con los hijos varones de tus amigos y hermanos. Crecí pensando que ni siquiera me querías. ─lo último lo dijo con una risa entrecortada por las lágrimas. Llorar era de débiles.

      “Llorar no es algo de la gente que está mal o de débiles. Todos lloramos, algunos más que otros. Hasta los animales lloran. Llorar significa estar vivo.”

     Estaba bien. Llorar no la condenaba a nada ni la hacía menos. Las palabras de Gerson llegaron a ella y sonrió.

     ─Siempre te he querido, sólo traté de demostrártelo mejor que como hicieron mis padres conmigo. Perdóname si te he fallado, hija.

No Estamos Locos, Somos Más Que EsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora