Jueves, 28 de septiembre del 2017. Mediodía.
─¿Piensas en él? ─Velkan estiró la mano y tomó del portavasos sus llaves. El rubio a su lado le dio un sonido afirmativo.
─Siempre. Hablábamos todo el tiempo de cualquier estupidez y ahora... Simplemente, es raro. Siento como un hueco en mi vida, es desagradable, es... No sé.
─¿Nasol? ─Ransom le miró sin comprender─. En Rumania se usa esa expresión para decir que algo es malo, desagradable, poco grato, tu entiendes.
─Supongo que sí entonces.
─No tengo a nadie con quien conversar en mi lengua materna; Ger siempre se sentaba conmigo a platicar, sacábamos peleando, pero era divertido.
─Siempre se acababa peleando con él en cualquier cosa.
Viajaban dentro de la cabina de la ambulancia, en la parte de atrás, Cassie vestida como paramédico esperaba el momento de actuar. Después de todo, sí iban a usar aquel viejo plan descartado.
“Ya estoy en posición, no saben cuánto quiero hacer esto, carajo.” Las palabras de Joel brotaron a través del walkie talkie que estaba sobre el tablero. Mientras, él miraba de frente a Pedro Moura, con todo un manojo de “buenas intenciones” pasándole por la mente. Se subió a su moto y describió una curva para chocar la pequeña moto de Pedro, que estaba un poco más adelante que el resto de los que estaban haciendo fila para comprar gasolina. Una sonrisita asomó en sus labios al ver que aquel hombre se acercaba a él profiriendo gritos y maldiciones.
─¡Disculpa amigo! No vi que tu moto estaba en el camino. Como es tan pequeñita...
─¡Me tienes que pagar los daños que le hayas hecho! ─Joel solo observaba callado cómo Pedro se iba acercando más a él, cada vez más en mitad de la calle, un poco más y podría decir la señal─. Sino buscaré a tu familia, mira que yo no soy cualquiera ¿¡Oíste!?
─Por supuesto.
─¡AHORA ACELERA, CARAJO! ─Ransom pisó el acelerador a fondo mientras que Velkan encendía la sirena de la ambulancia, pero no a tiempo como para que la oyesen.
─¿Por qué no te calmas, eh amigo? ─aquello lo decía dando largas zancadas en reversa, lo suficientemente rápido como para que Pedro pensara que no era por miedo a él, aunque tampoco es como que pudiese ver el rostro de Joel con el casco que traía puesto─. Ya te dije que pagaré todos los daños ─soltó una risita─. Oh, y vaya que serán muchos.
─¿Qu-
─¡Ay no puedo ver! ─había chillando Ransom sin dejar de acelerar jamás, y luego sintió el impacto.
─¡Auxilio! ¡A este tipo lo atropelló una ambulancia! ─exclamó Joel fingiendo alarma. Ransom había frenado unos metros más allá, dejando marcas de neumáticos en la calzada. Velkan se bajó corriendo, haciendo bien su papel de paramédico.
─¡Tenemos que ayudarlo! ─el rumano se acuclilló junto a la víctima, dispuesto a medir sus signos vitales. Cassandra abrió la puerta y le hizo señas a Ransom para que retrocediera hasta el lugar del impacto para así subir a Pedro a la camilla y de ahí a la ambulancia.
─No creo que deban hacer eso. ─dijo una mujer que estaba en el lugar.
─Ellos son los expertos, cariño, es mejor dejarlos trabajar. ─dijo Joel sin quitarse el casco o siquiera acercarse. Él seguía parado firmemente junto a su Guzzi Ambassor.
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No Estamos Locos, Somos Más Que Eso
Mistério / Suspense"Admite que te da curiosidad, él es como el fuego y tú una incauta polilla".