Abrí mis ojos.
Lo primero que los inundó fue un techo blanco, acompañado de un discreto sonido que producían los ires acondicionados.
—............— Mire hacia los lados, una habitación completamente blanca.
Si esto fuese un Isekai, aquí me recibiría una diosa para darme un poder súper roto.
La única diferencia, es que estoy con un catéter en mi brazo y una sonda conectada al costado de mi abdomen.
¿Si realmente hay una diosa por ahí que quiera a un protagonista, no se apuren saben? Tengo todo el tiempo del mundo aquí. De todas formas, no es como si pudiera irme.
Con bromas aparte, seguí divagando.
¿Cuánto tiempo ha pasado ya?... ¿1 años?... ¿2 años?... No, seguramente menos, pero este dolor punzante en cada rincón de mi cuerpo lo reconozco.
Entonces... De nuevo me la aplicaron.
— ¿Christian?.— Dijo el doctor, sacándome de mis pensamientos.
En este momento me encontraba en un hospital, era curioso porque no recordaba el nombre del hospital donde me encontraba, el doctor prosiguió he hizo a un lado los bocetos de mis dibujos, lápices y demás cosas que tenía regados por mi ya gran cama, para después sentarse.
— Han llegado tus resultados de la última quimioterapia, y.... Al parecer el cáncer ya llegó al punto cerebral— Decía mientras miraba su libreta.
¿Tan rápido?... Bueno, es lo normal cuando detectan al cáncer ya muy avanzado, mi familia siempre fue la típica familia que jamás iba al doctor a menos que ya nos doliera en serio, preferimos solo comprar las pastillas en alguna farmacia, y chistosamente siempre nos funcionaba.
Nunca iba entender la magia de las costumbres latinas.
Mientras pensaba, el doctor cerró su libreta con un "pam" que me trajo de vuelta. Con mis delgados brazos como espaguetis, reuní mis pocas fuerzas para preguntar mi verdadera preocupación.
— ¿Ya ha... hablando con mi madre?... ¿Sabe esto ella?— Hice mi pregunta.
Mis ya secos labios se apretaron al pensar en la casi segura preocupación de mi mamá.
— No... Pero pensé que era correcto decírtelo a ti primero ¿No me perdonarías si la fuese a preocupar más verdad...?—
El doctor de repente miró al suelo para después proseguir.
— Veras Christian..., todo tipo de cáncer puede llegar al cerebro, solo que no es tan común, pero en tu caso, este se originó en tus pulmones, donde es más probable que se riegue al cerebro— El doctor continuó mientras no dejaba de mirar al suelo.
— El que hayamos descubierto el cáncer en tu cuerpo apenas meses atrás no ayudo como quisiéramos— En ese momento dejo de mirar al suelo.
Centrando sus ojos en los míos, pude entenderlo.
— Cuanto... ¿Cuánto tiempo me queda? O bueno... ¿Cuándo se estima que tarde en hacer efecto?— Pregunté débilmente.
— Ya lo está haciendo— Dijo, con una expresión difícil de leer
La poca fuerza de mis delgados brazos quiso abandonarme, pero no la deje, apreté débilmente mis puños.
El doctor continuó.
— Tu deberías sentirlo, hemos desconectado el soporte para este caso. Probablemente no pases de esta noche, así que Personalmente creo que deberías despedirte de ella hoy mismo, probablemente no llegues a año nuevo — Explicó mientras de levantaba y se dirigía a la puerta

ESTÁS LEYENDO
Reencarnando en una niña dragona
FantasyLa histria trata de un joven con cancer que muere envisperas de año nuevo. Despertando en un cuerpo extraño de una niña mestiza, en un mundo extraño donde no existen las leyes y el sistema esta retocido, con un idioma que no entiende. Se encuentra e...