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— Mucho gusto Okino. Son Cole, Kai, Nya, Jay y Aemma. 

— Es un honor. Permítanme por favor ofrecerles mi servicio. 

— Oh, En serio, realmente no es... —Trato de hablar Nya cuando Okino lo impido—.

— Yo, Okino Samurai, los guiaré, guiaré lo que pueda para protegerlos y guiarlos a la llave Key-tana. 

— Gracias, Okino. —Agradeció Lloyd—. Eso es...

— Solo por curiosidad, cuando dijiste que les fallaste a tus amos anteriores, ¿de cuantos hablamos? —Preguntó Kai—. ¿Dos? ¿Tres? 

— ¡Kai! —Le gritó Nya—.

— ¿Que? ¿Puedo preguntar o no?

— Entonces, ¿de cuantos hablamos Okino? —Preguntó Aemma. Okino suspiro apuntando hacia una dirección en donde habían muchas katanas incrustadas en el suelo—.  

— Muy bien, unos cuantos. —Los Ninjas no dejaron de mirar las katanas nerviosos—. Pero esta vez será diferente. ¿Cierto, Okino? —Preguntó Lloyd—.

— ¡Si, lo juro! 

— Guíanos, Okino. Confiamos en ti. —Dijo Lloyd—.

— Primero, al bosque del descontento. Y después a los acantilados de la histeria. Y al final, al laberinto del dragón rojo. —Todos comenzaron a caminar hacia la entrada del bosque—. 

— ¿Bosque del descontento? ¿Por qué lo llaman así? —Preguntó Kai cuando unas espinas fueron volando hacia su dirección pero Okino las detuvo fácilmente—.

— Impresionante. —Hablo Aemma—.

— ¿Qué fue eso? —Le preguntó Cole a Okino—.

— Espinas de descontento. 

— Salieron de esos arbustos. —Mencionó Lloyd sacando su espada—. Separemonos. Siete objetivos son más difíciles que uno. 

— Buena idea, yo y Aemma atacaremos al de enmedio. —Dijo Cole sacando su Kama junto con Aemma que sacaba su Katana—.

— Y yo al de la izquierda. —Habló Nya sacando su Kama—.

— Y yo al de la derecha. —Dijo Jay sacando su Kusarigama—.

— Yo me asegurare de que ningún arbusto nos siga. —Dijo Kai sacando su arma—. ¿Que? Me queda una vida, ¿recuerdan? 

— Bien, a las tres. —Hablo Lloyd—. ¡Uno, Dos, Tres! 

— Ninjas contra arbustos. ¡Sí! —Gritó Jay mientras corrían hasta los arbustos esquivando y destruyendo las espinas para incinerar los arbustos—.

— ¡Wow! Estas nuevas armas son impresionantes. 

— Y que lo digas, son increíbles. —Dijo Aemma cuando una espina se incrusto en las espaldas de ella y Cole desapareciéndolos—.

— ¡Cole! ¡Aemma! —Gritó Jay y Cole junto con Aemma vuelven a aparecer para ver sus vidas quedándole tres—.

— Me dio. ¡Me dio! Ay, ya perdí una vida. —Dijo Cole—.

— Tranquilo, aún nos quedan tres. 

— Tengan cuidado. En este lugar, todas las cosas, sea flores, árboles o bestias, buscan destruirte. Incluso el suelo no es confiable. —Estos se adentraron al bosque mientras este se tornaba cada vez más oscuro—.

— Wow, esta muy oscuro. —Mencionó Cole—.

— Esperen, chicos. —Dijo Jay para buscar en su almacenamiento y sacar dos antorchas arrojándole una a Cole—. Si, mucho mejor. —Todos soltaron un grito al ver una planta carnívora—.

Trust me ⅡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora