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— Aemma, ¿por qué me trajiste a mi cuarto? —Indago Lloyd—. Estaba apunto de ir a entrenar.

— Vhagar está durmiendo en mi cuarto. Nya y Jay salieron. Cole aún está en Shintaro. Wu y Zane salieron. Pixal está con Kai construyendo unas cosas en la base y ahora que Maya y Ray se fueron... 

— Significa que tenemos el monasterio solo para nosotros. 

— ¿Quieres entrenar solo o quieres que te entrene? —Preguntó coqueta mientras lo empuja a su cama—.  

— ¡La segunda opción! —Ella se subió sobre él y comenzó a besarlo mientras deslizaba una de sus manos sobre su miembro acariciándolo—. Ugh... 

— ¿Te gusta?

— S-Si, no pares. —La volteo rápidamente mientras cargaba todo el peso de su cuerpo sobre el de ella. Depositó unos cuantos besos en su cuello y empezó a besarla tan desesperadamente—.

— [Lloyd, soy Pixal. Necesito que bajes con Aemma a la base] —Avisó Pixal por el comunicador—.

— Ahm Pix, estamos un tanto ocupados en este momento. ¿Puede ser después? 

— [No.]

— Agh... Bien. Tu ganas. Vamos de inmediato. 

— [Gracias] 

— ¿Cuando tendremos tiempo para nosotros? —Preguntó Aemma—.

— Será el día en que muramos, amor. —Contestó acomodándose la ropa—.

— ¿Amor? ¿Así vamos a llamarnos ahora? 

— Te dire de la forma en que tu me pidas. Amor, Preciosa, reina de la oscuridad, prince... —La expresión de Aemma se tenso—. ¿Sabes que? Olvidemos el de Princesa, es molesto. 

— Si...

— Es muy extravagante. —Añadió en tono burlesco—.

— Si. —Replicó con una sonrisa simulando desagrado—.

— Hey... —Se acercó a ella tomando sus manos—. Voy a sincerarme contigo... A veces extraño a Harumi. No románticamente claro, pero... pienso en ella.  

— De acuerdo.

— Lo que quiero decir es que, ahora que sé lo que viviste con James, siento lo que tu sientes. Logro entenderlo mejor. Tu y James estuvieron meses juntos. Compartían un lazo. Lo cual a diferencia de mi, solo comparti con Harumi un par de días. 

— Pero aún así sentiste algo fuerte por ella.

— Si, lo se. Y también sé que no soy, y que jamás seré James, pero yo sería incapaz de lastimarte. ¿Lo sabes verdad?

— Tu nunca me lastimarias y es por eso que te amo. —Las mejillas de Lloyd se ruborizaron en seguida y plantó varios besos en sus mejillas mientras la abrazaba—. Awww... Eres tan...   

— ¿Hermoso?

— Tierno. Iba a decir tierno. ¿Carrera hasta la base? —Se echaron a correr entre empujones y Aemma llegó en primer lugar—. ¡Y así es como se gana, perdedor! 

— ¡No es justo! Me arrojaste al piso. 

— Excusas, Montgomery. 

— Oigan par de tortolos, —Les llamó Kai—. ¿qué les parece si dejan de jugar y se ponen a trabajar? 

— Que flojera. —Farfulló Aemma—.

— Enana, como tu hermano te voy a obligar a trabajar. Además, ni que tuvieras algo más importante que hacer. 

Trust me ⅡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora