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— ¿Cómo amaneciste? ¿Estás más tranquila? —Le preguntó Lloyd a Aemma—. 

— No lo se. 

— ¿No lo sabes?

— ¡No lo se! ¡¿Si?!

— Está bien, no tienes que gritarme. 

— Ay, perdoname Lloyd, es solo que algo no esta bien conmigo últimamente. Trata de entenderme.  

— Te entiendo. —Respondió abrazándola, respiro el notable aroma de manzana con canela en su cabellera, sus mejillas se ruborizaron mientras besaba su cuello provocándole un cosquilleo—. Perdón.

— Tenemos que ir con Wu. 

— No quiero. Quiero quedarme en la cama, regaloneando contigo todo el dia. 

— También me gustaría, pero tenemos que irnos. —Beso sus labios y salieron en busca de Wu que estaba con los demás ninjas—. 

— En verdad es una hermosa ciudad. Miren estos jardines. ¿Alguna vez habían visto algo tan magnífico? —Preguntó el Maestro Wu—.

— Claro que sí, es muy bonita. —Respondió Lloyd observando a Aemma admirando el jardín—.

— ¿Y Cole? Se está perdiendo todo. —Dijo Jay—.

— ¡Maestro Wu! ¡Maestro Wu! —Le llamó la princesa Vania saliendo de los arbustos—. Rayos. ¡Esperen! 

— ¿Princesa? —Habló Wu—.

— Que bueno que lo veo. 

— ¿Qué fue lo que pasó? —Preguntó Nya—.

— Fui a los calabozos con Cole. Y encontramos algo terrible. 

— ¿Calabozos? —Preguntó Wu—.

— Hay una mina subterránea con pequeñas criaturas, están encadenadas y unos esqueletos con látigos las obligan a trabajar, pero se quedó Cole para rescatarlas y vine por ayuda.

— ¿Qué? —Preguntó Lloyd—. 

— Le diré a mi padre que envié a sus guardias. ¡Vamos! —Los Ninjas corrieron detrás de la princesa hasta llegar a la sala del trono informándole lo sucedido—.

— Estoy muy decepcionado Vania. ¡Está prohibido entrar en la montaña! Esa ley se hizo por una razón. No es un lugar seguro. Y no solo te pusiste en peligro sino que pusiste en peligro a nuestros invitados. 

— Yo... lo lamento, padre. —Aemma estaba por defender a Vania, pero Zane la detiene—.

— Le ruego que nos disculpe, Maestro Wu. Enviaré a la montaña a mis mejores guardianes de inmediato. Encontrarán a su amigo. Descuiden. 

— Iremos con ellos. —Dijo Kai—. 

— No lo pienso permitir. Los calabozos son peligrosos. Hemos vivido aquí durante siglos y ni siquiera nosotros entramos ahí. Hay seres que viven abajo a quienes no debemos interrumpir. 

— ¿Así que la criatura que vio Cole era real? —Preguntó Nya—.

— ¡Dijiste que lo había imaginado! —Hablo Vania—.

— Tuve que decirte eso para protegerte, hija. Un día cuando seas mayor, lo entenderás. Bueno, no perdamos el tiempo. Enviaré a mis hombres. Les pido a todos que mantengan la calma y se queden aquí. 

— No nos quedaremos aquí. Cole es nuestro amigo. —Dijo Kai—. 

— Sí, ayudaremos. —Le apoyó Jay—.

Trust me ⅡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora