Trust me Ⅱ

26

— ¿Chicos? ¡Veo algo! ¡Veo algo! 

— ¿Puedes describirlo? —Le preguntó Nya—. 

— ¿Puedes definir algo? —Preguntó Zane—.

— ¿Tiene dientes? —Inquirió Cole—. 

— Estas cuerdas son duras, pero creo que puedo quemarlas. —Dijo Kai prendiéndole fuego a la soga—.

— ¡Shh! Te oirán. —Habló Nya mientras Kai caía al suelo libre y comenzó a librar a los demás—. 

— ¡Detenganlos! —Ordenó el líder—.

— (Z/C/A/K/N/L): ¡Ninja, go! —Usaron Spinjitzu contra los aldeanos tratando de llegar al muelle y Nya lanzó agua del océano a los guardias abriéndose camino—.

— Zane, arroja hielo. Aemma crea un campo de fuerza para retenerlos. —Ordenó Lloyd. Aemma creó un campo de fuerza deteniendolos y Zane congeló un puente de hielo para llegar a Jay—.

— Alguien, ayuda. Definitivamente hay algo aquí. ¡Auxilio! Algo grande, parece una serpiente. 

— Jay. —Llamo Nya—. 

— Ay, que bueno que llegaron chicos. —Kai intentó alcanzarlo, pero una bola de fuego cayó en el agua alejándolos—.

— Ahí chicos. Veo algo. —Aviso Nya lanzando una esfera de agua—.

— ¿Qué es eso? —Preguntó Kai—.

— No lo se, pero es grande. Desátenme antes de que vuelva. —Zane creó una plataforma de hielo sobre el agua, Lloyd cruzó por el esta llegar a Jay tratando de desatarlo—. Rápido. 

— Pero quédate quieto. —Una bola de fuego fue hacia ellos y Lloyd cayó al agua—. ¿Jay?

— Estoy bien. Creo que puedo soltarme. Solo necesito un poco más... —Algo agarro a Jay arrastrandolo a la niebla—.  

— ¡Jay! —Gritó Lloyd lanzando una esfera de energía en su dirección—.

— ¡No! —Gritó Nya—. 

— ¡Ay, me atrapo! ¡Ayuda! ¡Ayuda! 

— ¡Jay! —Llamo Cole—.

— Dice algo. Pero, ¿donde estas? —Le preguntó Kai y no contestó—. Se comió a Jay. Ay, si se lo comió.

— ¿O tal vez no? —Cuestionó Lloyd tomando un pedazo de madera con forma de diente del agua y nadó hacia los demás—.

— Danos la mano. —Dijo Zane y lo subió junto con Cole. Lloyd se resbaló y cayó sobre Aemma—.

— ¿Puedes quitarte de encima? —Le preguntó enojada y con un poco de rubor—.

— Ahora me pides que me quite. —Respondió levantándose—. 

— ¿Ahora cómo llegamos a la orilla? 

— Nadando, Kai. —Contestó Lloyd empujando a Aemma al agua—. 

— Te detesto. —Soltó Aemma mientras Vhagar salía de su bolsillo y se subía a su cabeza temblando de frío—.

— Y yo a ti, cariño. Vamos chicos. —Estos nadaron hasta la orilla echándose en la arena cuando los aldeanos les apuntaron con unas lanzas—.

— ¡Ustedes son tontos! ¿Quieren hacer enojar a Wojira? Si la bestia regresa, ustedes serán los próximos sacrificados. —Afirmó el líder—.

— No lo seremos. Porque Wojira no existe. —Aseguró Lloyd—.