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Charlotte

Abrí los ojos segundos después y estaba tirada en el suelo, con todos rodeándome. Que vergüenza y que agobio.

—¿Estás bien?— Sophia me acarició la cara. Asentí y me incorporé rápidamente.

—Por Merlín, iros todos— dije enfadada. No podía molestarme más que la gente me prestare tanta atención, me agobiaba mucho. Tom les hizo un gesto a las personas que estaban allí y se apartaron. —No entiendo por qué me he desmayado.

—Habrá sido por alcohol, el agobio de la situación, todo el mundo gritando... No te preocupes, no habrá sido nada— dijo la rubia. Pues seguramente habrá sido eso, me saturé bastante.

—Char, ¿quieres irte?— se acercó mi hermano preocupado.

—Sí, mejor.

—Voy contigo, y hablamos.— Me puso su brazo sobre mis hombros, y salí de la sala común junto a mi hermano. Anduve en silencio hasta la sala común de Slytherin, y entramos también a la habitación. Me senté sobre la cama, y Adam se puso a mi vera.

—Charlotte, dime que es la primera vez que te pone una mano encima ese idiota.— No dije nada, mi mirada se quedó fijada en el suelo. Estaba muy nerviosa, no respondí, solamente sacaba y metía mis
anillos de mis dedos con nervios. —Charlotte... Por Merlín, responde.—Puso su mano sobre la mía, estaba desesperado. Las lágrimas no pudieron evitar salir.

—No— contesté, logré mirarlo, y estaba muy serio.— Pero, me pidió perdón.

—Lo que faltaba es que no lo hiciese, pero, ¿cómo no has salido de ahí antes? ¿Por qué has aguantando eso?

—No sé... Cuando lo hizo, me enfadé mucho, pero después me pedía perdón, y parecía tan sincero que... no sé. He sido tonta, no sé cómo no me he dado cuenta.

—Te ha manipulado, Charlotte. — Estallé en llanto, enseguida me tapé la cara con las manos, me daba tanta impotencia no haber cortado de raíz aquello y el hecho de no haberme respetado a mí misma, por aguantar eso. —Charlotte, tienes que contárselo a papá.

—Ni de coña, no— negué. No podía contárselo a mi padre, él ya tenía suficiente con el trabajo y sus propios problemas, para crearle más problemas aún.

—O al director. Ese tío tiene que estar fuera de esta escuela, lo que te ha hecho a ti se lo puede hacer a otra. Y si a ti te ha pegado, siendo solo un simple rollo, imagínate a cualquiera que sea su pareja.

—Me lo pensaré.— Dije. Mi hermano me abrazó fuertemente, y me dio un beso en la cabeza.

—A ver si dejas de buscarte tíos malos— comentó antes de levantarse de la cama.— Nos vemos mañana, descansa. Si necesitas lo que sea me lo dices.

—Gracias por todo, Adam. Te quiero.— Sonrió y salió por la puerta. Me quité toda la ropa, ni me preocupé por el maquillaje, me puse el pijama y me acosté. No paraba de llorar por la impotencia, me siento ridícula por haberme dejado rebajar por ese estúpido. Lloré hasta dormirme.

—Ayer fue una locura, lo pasé tan bien— contaba Sophia en la mesa del gran comedor, ya que sentó en la mesa de Slytherin para estar conmigo y Scarlett.

—Ya se te notó, os comisteis el alma tú y Malfoy— bromeó la pelirroja. Sophia rió nerviosa.

—¡Cuéntanos todo!— exclamé. Necesitaba saber todos los detalles de aquello, ya que Draco no me ha contado nada aún porque sigue dormido.

—A ver... Hablamos un rato, y nos besamos, no sé, surgió.

—¿A ti te gusta él?— se interesó la otra.

ingobernable || Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora