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Charlotte

Por fin llegaba el viernes, era el mejor día de la semana ya que aquella noche era la primera fiesta del curso. Y estaba segura de que iba a pasar de todo.

Fui a las clases que me tocaban aquella mañana. La primera clase era de defensa contra las artes oscuras, en la cual practicamos un par de hechizos de defensa, con Mattheo era raro pero aún así no estábamos mal, ya que hacíamos buen equipo de trabajo, Mattheo era muy inteligente. Aunque sigo teniendo tensión con él, algún día, espero que se de cuenta de que la cagó.

En pociones estuvimos practicando cada alumno por nuestra cuenta las pociones que quisiéramos. Después, nos tocaba historia de la magia, era una asignatura un poco aburrida, pero estaba con Sophia en la clase.

—Tia, esta noche, ¿vas a la fiesta de mi sala común?— me preguntó la rubia.

—Sí— contesté, esta sonrió. Al decir eso una chica pelirroja que teníamos delante sentada se giró.

—Hola, ¿estáis hablando de la fiesta de Ravenclaw?— preguntó esta.

—Sí...— respondió Sophia, extrañada por la espontánea.

—Perdonad por mí mala educación, soy Scarlett.— Estrechó la mano conmigo y con Sophia.

—Charlotte, encantada.

—Sophia.

—Una pregunta, ¿dónde está la sala común de Ravenclaw? Es que soy nueva este año, y se supone que hace una semana me harían un tour por la escuela pero no me dijeron nada, así que estoy muy perdida.

—Está en la torre de Ravenclaw. La entrada a la sala común está en el lado oeste de la escuela en la parte superior de una escalera de caracol, del quinto piso, y es una puerta sin pomo ni ojo de cerradura, pero con una aldaba de bronce en la forma de un águila— expliqué mientras la pelirroja asentía.

—Está cerca del aula de adivinación— añadió Sophia.

—Vale, creo que ya me ubico.

—Pero, ¿no te asignaron a ningún alumno como tutor para que te hiciese un tour?— Me extrañó, ya que Dumbledore siempre se encargaba de que se ubicasen y adaptasen bien los nuevos alumnos, y siempre siempre siempre se les asignaba un tutor.

—Sí, me dijeron que era Astoria Greengrass.— Ya entiendo todo, seguramente Astoria pasase de ir y la dejase tirada.

—Es que Astoria... no es que sea muy comprometida que digamos— dije.

—Ya... Fui a presentarme a ella, y a decirle que era mi tutora, y pasó de mí. Creía que todos los de Slytherin eran desagradables, pero tú eres simpática.

—Son bastante complicados de manejar, la verdad. Pero hay gente que merecen la pena, pocos, pero los hay.— Sonrió ante mi respuesta.

—Por ejemplo, Charlotte merece la pena— agregó la rubia, sonreí por lo que dijo. — Ella fue mi tutora, y gracias a ella conozco a mucha gente, y me guío de maravilla.

Llegó la hora del pequeño descanso. Fuimos las tres al comedor a coger un par de manzanas para tomar algo, y nos sentamos en las mesas de picnic del jardín exterior.

—Chicas, estoy indecisa, no sé que ponerme esta noche— comentó la pelirroja con la boca llena tras darle un bocado a una manzana.

—Charlotte, tu sabes como son las fiestas en Hogwarts, ¿cómo vais las chicas vestidas?— Me miró la rubia.

—A ver, solemos llevar vestidos ajustados, o un top bonito con un pantalón, o mini-faldas, no sé, lo típico.

—Creo que me pondré una mini-falda y un corsé— dijo la rubia sonriente.

ingobernable || Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora