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Charlotte

—Te estaba buscando, Charlotte—. Dijo Draco al verme.

—Mattheo me separó de Pansy, y decidimos que lo mejor era irnos—. Contesté. Draco asintió.

—¿Podemos hablar en mi cuarto, Char?— Miré a Mattheo y después a este, y asentí.

—Nos vemos—. Dijo Mattheo y cerró la puerta de su cuarto, quedándome sola con Draco, el cual me miraba frunciendo el ceño.

—No te reconozco— dijo.

Estábamos los dos sentados sobre el sofá qué tenía Draco en un rincón de su habitación.

—¿Por qué? Estoy igual que siempre.

—No lo estás, Charlotte.

—No te estoy entendiendo...

—Por lo de hoy, le has pegado una paliza a Pansy— rodé los ojos. ¿Paliza? Apenas la toqué.— Y después justo te encuentro en el cuarto de Mattheo, haciendo a saber qué. Después de todo lo que te hizo.

—Sobre lo de Pansy, lo tenía bien merecido, lleva meses fingiendo ser mi amiga pero me ha criticado a las espaldas y buscado problemas.

—Eso lo puedo llegar a entender, ha sido una imbécil—. Asentí. Él lo había dicho, una imbécil. —Pero, lo de Mattheo, ¿por qué hablas con él?

—Draco, hablé con él, solucionamos las cosas, por así decirlo. No lo he perdonado, pero le he dicho que le doy la oportunidad de que me demuestre que de verdad siente haberme hecho daño. Y no pierdo nada por dársela.

—Si piensas que has hecho bien, adelante, pero ten cuidado.

—Lo sé, Draco—. Le sonreí, él resopló y me abrazó.

—Eres una bruta— comentó al verme el arañazo. Yo solté una carcajada.

—Ha sido una noche divertida.

Y tan divertida, había tenido una pelea con Pansy Parkinson y me había enrollado con Mattheo Riddle. Que locura de noche.

—Por cierto, pronto es el cumpleaños de Sofia, y me gustaría que me ayudases con su regalo. Quiero que sea especial, pero no sé como enterarme de lo que le gusta—. Comentó el rubio.

—Simplemente escúchala. Sophia es muy habladora, y seguro que muchas veces te ha mencionado cosas que le gustan. Y también, cuando salgáis a pasear y quiera entrar a alguna tienda, fíjate en lo que toque y mire.

—Que lista eres, Lupin—. Sonrió.

Sé que para Draco todo aquello era complicado, nunca ha tenido que pensar en nadie más que no fuese en él, y menos ser detallista y mostrar cariño al resto. Porque nunca ha tenido la oportunidad. Es su primera relación de verdad, que no es solo para el sexo o conveniencias. Sabía que a Draco le gustaba de verdad Sophia, y viceversa. Pero, me aelgraba de ver a mi amigo de la infancia ser feliz. Porque nunca ha tenido la oportunidad de experimentar esa atención que se le da en las relaciones, ni nadie a quien llamar suyo.


Me levanté con una resaca horrible; dolor se cabeza, sed, náuseas, dolor muscular, etc. No tenía ganas de otra cosa que de estar tirada en mi cama. Gracias a Merlín que tenía una cafetera en mi cuarto. Me hice mi capuccino de siempre, y estuve el resto de mañana leyendo.

—Abre la puerta por lo que más quieras, señorita Lupin—. Escuché decir detrás de mi puerta.

La abrí de inmediato, era mi padre con mi hermano a su lado. Fruncí el ceño, pero podía suponer el por qué de su visita. Entraron los dos a la habitación dejando la puerta cerrada tras entrar. Mi hermano se sentó en mi cama, y mi madre se quedó en pie.

ingobernable || Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora