Capítulo 8

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Habían pasado tres días desde su regreso a Londres. Tres días en los que se había permitido relajarse al ver cómo su vida volvía a ser la misma de antaño, donde por supuesto, abundaba el trabajo.

—He quedado con Nakamura para comer —indicó Taylor mientras salía del despacho —. Trataré de no llegar tarde. Cualquier cosa llámame.

Katie asintió con un ligero nudo en la garganta. Había pensado en advertirle, en decirle que tuviera cuidado, pero… ¿Qué sentido tendría? Así que se dedicó a ver cómo el hombre mayor abandonaba la oficina para comer con un miembro de la Yakuza. ¡Increíble! Se preguntaba con cuántos se habría cruzado a lo largo de su vida sin ella saberlo. Aquel día, se hizo sumamente pesado. Apenas descansaba, o al menos, ya no lo hacía tan bien como antes y eso se notaba…

—Es un placer comer contigo.

—El placer es mío… —murmuró Haruki enfilandola en su radar.

Katie dio gracias de estar sentada, pues el simple tono de su voz hizo que le tambaleasen las piernas. A continuación, colocó su mejor cara y levantó la vista de su escritorio, localizandolo. Ahora que sabía la verdad, era consciente de que Nakamura tenía algo en la mirada que la incomodaba…

—Katie, buenas tardes… —dijo con el talante de siempre.

—Buenas tardes, Haruki. ¡Qué sorpresa verte por aquí! —indicó tratando de aparentar normalidad.

—Regresa cuando quieras, ahora si me permites debo regresar a mis labores —dijo el Sr. Smith sonriente.

—Por favor… 

Haruki lo instó a desaparecer de su vista y en cuanto se quedó a solas con Katie, se aproximó más a ella.

—¿Estás bien? No tienes buena cara…

—¿Sabe que pretendes darme trabajo? —lanzó con el corazón a mil — ¿No crees que es inmoral venir hasta aquí para hacerte su amigo y después robarte a sus empleados?

—En realidad solamente me interesas tú —murmuró Haruki mientras plantaba las palmas en el escritorio —. ¿Qué te sucede?

—Perdona… —masculló soltando un suspiro — No está siendo una buena semana.

El japonés se incorporó, pero sus ojos siempre estaban postrados sobre ella…

—Vente a cenar conmigo. Prometo hacer que eso cambie.

—No creo que sea lo correcto.

—¿Por qué no? Puede ser una reunión de amigos o de trabajo. Lo que tú prefieras.

—Ni siquiera trabajo para ti, Haruki.

—¿De verdad necesito tenerte en mi empresa para llevarte a cenar? — Katie se encogió de hombros. En verdad, no quería ir de ninguna manera — Deja tu puesto. Te ofrezco el triple. Puedes empezar mañana mismo si lo deseas…

El triple. Sin duda, era una oferta más que interesante, pero había algo que perturbaba a Katie.

—¿Por qué? —preguntó mirándolo fijamente — ¿Por qué insistes en tenerme en tu empresa si ni siquiera conoces mi experiencia?

—Me sobran motivos para darte ese puesto, pero es algo que no pienso debatir contigo, al menos aquí. Cena conmigo.

—En ese caso, me temo que no va a ser posible. Ya tengo planes.

Haruki apretó los labios con disgusto. Cenar con Katie era lo que más deseaba, pero ella no lo ponía fácil.

—Estaré unos días fuera, pero a mí regresó contactaré contigo. Me debes esa cena y una respuesta. ¿Entendido?

El amigo del jefe de la mafia #2 | Erótica + 21 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora