Capítulo 31

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Un mes después…

Orson la esperaba en el coche, prácticamente recuperado. Habían sido días difíciles, sobre todo la primera semana donde el dolor había sido tan intenso que apenas había podido moverse de la cama, pero afortunadamente, con la ayuda de Katie y Damián, que se había quedado unos días más, ya era totalmente independiente. 

Velozmente salió al visualizar como Katie arrastraba la maleta que él mismo había ordenado preparar. Llevaba dos semanas arreglando papeles y una soportando el intenso interrogatorio que la mujer se había esforzado en hacer día y noche, sin éxito. Interrogatorio que sabía a ciencia cierta que seguiría en el interior del vehículo.

—¿Dónde vamos?

—Ya te lo he dicho, mujer. Sube al coche.

—Ya claro… ¿Cuando sales a cenar con amigos llevas siempre una maleta?

—Aprovecharemos el viaje… confía en mí.

Orson había pasado un mes ocultándole a Katie sus verdaderos planes, entre ellos, que había dejado de trabajar para Elián, pues aunque pensaba decírselo no había encontrado el momento oportuno para ello. Una vez que ambos estuvieron montados en el coche, ella lo miró y él, dispuesto a frenarla, habló:

—Quiero que te abroches el cinturón y mantengas la boca cerrada durante todo el camino. Quiero que lo hagas por mí. ¿Podrás hacerlo?

Katie simuló que sellaba sus labios con una cremallera y que después la tiraba por la ventanilla del coche, entonces Orson arrancó, pensando en que iba a ser un viaje muy largo…

Dos horas después…

Katie no entendía nada. ¿Qué hacían yendo por un camino de tierra a lo que parecía ser una casa en medio de la nada? Casa que se encontraba en penumbra y que le recordaba a la humilde morada de sus padres y no era para menos, pues estaba realmente muy próxima al pueblo.

—¿Puedo hablar ya?

—Mujer, ya lo has hecho…

—Vale. ¿Qué hacemos aquí y desde cuándo tú tienes amigos fuera de Londres?

Orson detuvo el vehículo en el arenal y sin contestarla salió al exterior. Inmediatamente sintió esa tranquilidad y esa paz que el sitio transmitía, aunque la mujer no se lo ponía fácil, pues Katie lograba romper la armonía del lugar. Ella salió con rapidez, fijándose en el recinto que había junto a la casa…

—¿Y tus amigos?

—Te los presentaré si dejas de hacer tantas preguntas, aunque a uno de ellos lo conoces.

—¿Sí? Aquí no hay nadie, Orson —dijo mientras señalaba la vivienda que se veía vacía.

—¿Estás segura?

—Totalmente.

De pronto, se escuchó a un caballo relinchar, pero no era un caballo cualquiera y Katie lo sabía, así que con rapidez se movió a las cuadras donde gritó de emoción al ver a Lucifer que se movía contento por el hallazgo. Orson la contempló desde atrás, disfrutando de su inocente reacción.

—¡Orson! ¿Lo has visto? ¿Pero qué hace aquí Luci? —preguntó mientras abrazaba al caballo marrón.

—¿No crees que es imposible no verlo?

El animal relinchó, agradecido por la grata compañía.

—¿Qué significa esto? —preguntó Katie mientras comenzaba a comprender la magnitud de aquello.

—Acompañame…

Ella besó con ternura al animal y sin más dilación entrelazó sus dedos con los de Orson. Este la guío por el establo hasta dar con otro caballo negro que parecía algo asustado.

El amigo del jefe de la mafia #2 | Erótica + 21 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora