Capítulo 14

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Eran más de las doce y Katie continuaba dormida, al contrario que Orson. A ella le había costado conciliar el sueño y cuando por fin lo había hecho, eran más de las seis de la mañana, pero eso él lo desconocía. De hecho, llevaba observándola una larga hora… ¿El motivo? Lo desconocía, pero su presencia era cuanto menos anestesiante.

—Mujer, despierta…

—Mmmm…

—Katie —insistió pegado a su oreja.

—¿Por qué mejor no te callas? —gruñó cubriéndose la cara con la almohada.

De pronto, la mujer sintió frío en todo el cuerpo, como si la fina sábana que la cubría hubiera desaparecido, pero todo fue más evidente cuando sintió como las fuertes manos de él se introducían entre sus muslos para abrirle las piernas de golpe. ¿Acaso estaba soñando?

—¿Orson? —preguntó esperando escuchar su voz — ¿Orson?

Tras no recibir la respuesta esperada, apartó la almohada para ver cómo el rostro del hombre se enterraba en su vulva sin preámbulos. ¡Aquello sí que era un buen despertar! Fascinada por el sexo oral mañanero, pasó los talones por encima de los hombros de Orson, regalándole absolutamente todo.

—¿Siempre duermes desnuda? —preguntó él aprovechando un breve descanso.

—Si estás tú si. Además, ahora tengo un buen motivo para hacerlo. ¿Siempre despiertas así a tus conquistas?

La realidad era que Orson no solía amanecer acompañado. Era todo un casanova en Grecia y follaba todo lo que quería o más, pero eran muy pocas las veces que se había permitido el gusto de despertar con una mujer en su cama.

—¿Y desde cuándo se supone que te estoy conquistando? ¿Eh? Dime…

En ese instante, Orson introdujo un dedo en el interior de la vagina a la vez que deslizaba la lengua por el clítoris. Katie ronroneó mientras se estiraba en la cama, haciéndose así misma, la misma pregunta. Pasar demasiado tiempo con Orson, la estaba pasando factura, además de que era estúpido negar que existía una atracción mutua entre ellos, pues apenas podían estar en el mismo lugar sin tocarse o incluso besarse.

—Orson…

—¿Hmmm? —murmuró introduciendo un segundo.

—¡Dios! ¿Todo lo haces tan bien?

Orson sonrió contra los labios vaginales y la respondió con un contundente mordisco que la hizo gritar con intensidad.

—Mujer, te dije que no tenía nada que envidiarles a esos hombres con los que te acostabas.

—Jamás debí decirte eso. Ahora serás terriblemente insoportable…

Él se carcajeó y como premio de consolación, metió un tercero que la hizo jadear. Movió los dedos con celeridad, centrándose en el placer de ella que parecía disfrutar como nunca.

—¡Oh! —aulló encorvando la espalda ante el efímero contacto.

—Nos complementamos muy bien en el sexo. Yo tampoco tengo ninguna queja sobre ti —murmuró con un toque de humor.

—Idiota…

—Eso no es lo que me has dicho hace dos minutos. Venga, esfuérzate más y dime algo que merezca la pena.

—No pienso regalarte los oídos —farfulló convencida de que Orson solamente quería ensalzar su ego.

Sin embargo, Orson estaba dispuesto a jugar con ella, por lo que sacó los dedos y se puso en pie. A continuación, tocó con mimo su pene, ignorando el cuerpo desnudo de la mujer.

El amigo del jefe de la mafia #2 | Erótica + 21 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora