34) SOY TU PAPÁ

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El camino para salir del lugar transcurría en un silencio tenso. Habían sido tantas las veces que recorrieron ese parque, por ese mismo camino, tomados de las manos y besándose en cada oportunidad. Era inevitable no reconocer el árbol bajo cuya sombra solían sentarse para pasar el rato; Denisse cantando y Gun acariciando su rostro. Vieron el puente en el que se tomaron su primera foto juntos, aquella foto que Gun le mostró a Yui antes de romperle los dedos. Por ahí estaba la banca donde él se sentó a fumar y a pensar después del malentendido con Jace. Eran muchos los recuerdos.

Pero la tensión no se limitaba al pasado, Denisse estaba preocupada por el futuro: Apenas habían comenzado a abordar una pequeña fracción de los numerosos temas pendientes. Ahora, Gun sabía que tenía una hija, pero la forma de revelarle el resto de la verdad le atormentaba. Enloquecería al descubrir que DG le había otorgado sus apellidos y la había registrado como su propia hija. «Una cosa a la vez», Denisse intentaba consolarse mientras frotaba sus manos intranquila.

—¿Todo bien? —Gun la vio de reojo y notó su nerviosismo.

El, por su parte sentía la necesidad de preguntar sobre DG, pero no podía hacerlo, porque no tenía derecho y porque temia escuchar la respuesta que, según el, era bastante obvia.

—Si, es solo que... es que no me gusta dejarla por mucho —le mintió.

—Vamos en el auto entonces.

El camino del parque al departamento fue igualmente silencioso.

Cuando al fin llegaron y Denisse abrió la puerta, Gun se detuvo por un momento, pensó en ese aroma a flores blancas tan característico del antiguo departamento y lo que provocaba en el. Tomó un respiro en busca de valor, y entró. No, no olía a lo de siempre, era más bien a ¿Bebé? Avanzó a la sala, dónde pudo ver juguetes por todos lados «Esa mesa de centro se tiene que ir, es peligrosa»

—Jiyu, ya llegué —aununcia a la Nana.

—Bienvenida seño... —la joven Nana se sorprendió al ver a ese hombre de pie en la sala.

—Tomate el día, yo me encargo.

—C-claro —Jiyu obede y se retira.

—¿Quien era ella? —pregunta Gun.

—La nana, alguien tiene que cuidarla mientras trabajo.

—Claro —respondio seco.

La idea de que Denisse trabajara mientras una perfecta desconocida cuidaba de su hija no le gustó para nada. Además, cuando estaban juntos, el tenía la intención de sacarla de trabajar.

Sin embargo no pudo evitar sonreír— «Ese idiota lo está haciendo mal» —Pensó que DG no las estaba cuidando como debía y quizás era porque no quería una hija ajena, de ser así, aún tenía una oportunidad de recuperar a Denisse.

—Espera, voy por ella.

—Bien —Gun se sentó en la sala a esperar.

Denisse salió de la habitación con un pequeño bodoque en brazos. Al verla, Gun sintió cómo la sangre abandonaba su rostro, dejándolo pálido como el papel, y sus labios se resecaron al instante. Se puso de pie mientras ella se acercaba.

—Melody, quiero presentarte a alguien —Denisse extendió los brazos para dársela.

Gun volteó asustado para mirar a la joven madre. ¿Cómo se suponía que haría eso? ¿Cómo se carga un bebé? El temor lo inundó mientras contemplaba el bultito aún en brazos de Denisse.

—¿Y-yo? —Dijo asustado.

—No es tan difícil.

—E-esta bien —extendio los brazos torpemente para tomarla.

UNA CANCIÓN PARA LA BESTIA.           (Lookism)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora