Desde pequeño, Hyunjin siempre fué halagado por su inegable belleza, teniendo una gran delicadeza en su forma de actuar, dando a esperar que este diera como resultado a un bonito y pequeño omega.
Más sin embargo, sorprendió a todos cuando los resultados de su examen dieran con una β orgullosamente marcada en la parte inferior del papel, dando por hecho a ser uno más del montón.
Hyunjin es atractivo y lo sabe, con sus gran altura y bonito rostro logra robar las miradas de la mayor parte de omegas y alfas que pasan a su lado, pero cuando se acercan a hablar y notan que es un Beta por sus inexistentes feromonas pierden totalmente el interés en el.
Por ello el que ahora mismo esté pasando por esta situación lo hace sentir un poco incómodo. No sabe si se está volviendo paranoico y tal vez la persona que va unos metros atrás de él va por el mismo camino o si realmente lo están siguiendo.
Nuevamente dió otro paso hacia el frente y sintió su corazón acelerarse al tener la mirada de aquella persona casi atravesando su nuca, logrando provocar que su sudor frío recorriera su cuello hasta mojar su playera.
No estaba dispuesto a correr, eso solo delataba que se encuentra al tanto de su presencia y lo obligaría a actuar más violento, por lo que simplemente trató de mirar hacía adelante tragando saliva con dificultad mientras cierra sus manos húmedas por las correas de su mochila.
Hyunjin aguantó con todas sus fuerzas el mirar hacía atrás, por algún motivo pensó que ver el rostro de la persona que llevaba más de 5 cuadras siguiendo sus pasos, lo pondría en más peligro.
Maldecía que fuera tan tarde en la noche y ningún maldito carro se dignara por aparecer, solo estaban los cientos de locales cerrados y las luces tenues de los faroles que alumbran ciertas partes de la calle mal pavimentada del pueblo.
Su casa no estaba lejos, de hecho ya faltaba poco para llegar pero Hyunjin no se arriesgaría a que se supiera donde es que vive por lo que sus ojos brillaron de felicidad al visualizar una pequeña tienda de 24 h donde se podría resguardar.
Abrió la puerta con algo de desesperación y caminó por los pasillos, aparentando buscar algo que comer, cuando alzó la mirada y unos ojos profundos lo vieron atravesando su cuerpo, paralizando todas sus articulaciones.
Tras el cristal un hombre lo observaba fijamente, su cara era irreconocible por la mascarilla que cubre mitad de su rostro y la gorra que impide ver su cabello, dando sombra a sus ojos.
Ojos que a pesar de no ver claramente lograron causar un temor indescriptible en Hyunjin.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
