No te imaginas todas las cosas sucias que te hago en mi mente... 11:30 pm
Hyunjin corrió al baño, vomitando lo poco que había ingerido en el día, sus arcadas volvían cada que relee el mensaje en la pantalla del celular. Hasta ahorita todo habían sido mensajes insistentes que fácilmente ignoraba.
Ahora la foto de el tocando su miembro por encima de la tela de un bóxer, y enfrente de él una imagen suya sonriendo, le parecía sumamente asqueroso las cosas de las que capaz puede hacer mientras piensa en el.
Desconocido
Que demonios quieres? Déjame en paz 11:35 pm
Finalmente se dignó a enfrentarlo, tal vez de esa forma lo deje en paz, no podía seguir huyendo ante un ridículo que no se atreve a dar la cara.
Y si, Hyunjin tiene miedo, miedo por que desconoce hasta donde es capaz de llegar esa persona con tal de obtener lo que quiere. Desconoce el propósito de todo esto, no sabe por qué lo escogió a él, entre tantos Omegas bonitos que hay en el pueblo.
Desconocido
Quiero que seas mío, tenerte solo para mi. Odio que ese estúpido alfa este contigo. Eres mio. Me perteneces. Voy a hacer lo posible hasta que logres entenderlo de una maldita vez. 10:37 pm
Puto enfermo 10:38 pm
*bloqueado*
Se tumbó a la cama, revolviendo sus cabellos mojados con desesperación, nuevamente las ganas de llorar lo invadieron, pero esta vez no de miedo, si no de impotencia por la situación.
Se sentía tan indefenso al no poder hacer nada, la impotencia de el único medio entre ellos es un celular, mientras él conoce todo de el, Hyunjin tiene que seguir aferrándose a la inútil policía del pueblo, que no hace nada más que robar dinero.
Y para acabar, las jodidas cámaras no habían podido captar nada extraño, ninguna persona sospechosa merodeando las afueras, un movimiento extraño dentro de la casa, no había nada que pudiera levantar una bandera de alerta.
O también podría ser que estaba esperando el momento para atacar. Por lo que el beta había descubierto -por su cuenta- es que nunca ataca de día, siempre es al anochecer asegurándose de que se encuentre totalmente a solas dentro de su apartamento, a excepción de la vez en la que lo siguió.
O tal vez eran ideas locas de una persona cayendo en la desesperación por no saber que hacer.
De igual forma, simplemente dejó su celular de lado y se tumbó a la cama boca arriba, mirando al techo como si fuera lo más interesante.
No sabe cuanto tiempo estuvo de aquella forma hasta que cayó rendido ante el sueño finalmente.
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