Aquellos buenos tiempos

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Zuemy se quedó conmigo y hablamos toda la noche recordando cuando entrenamos con Máximo se terminó quedando dormida en el sofá.

— Buenos días Zuemy ¿Quieres café? Estoy preparando el desayuno.

— Si por favor ¿A qué hora te dormiste? —restregaba sus ojos mientras hablaba conmigo.

— No te preocupes, estoy acostumbrado por las guardias.

— Pero, ¿Estás bien?

— Si, claro. Estoy pensando pedir unos días en el trabajo para visitar a Máximo.

— Me parece genial ¿Quieres que te acompañe?

— Tranquila, puedo ir solo.

— ¿Seguro? Me gustaría verlo de nuevo.

— Bueno, pero tengo que hacer unas cosas antes ¿No te importa?

— No, estoy libre, te puedo acompañar.

Pase por el hospital y luego por un centro comercial, le pedí a Zuemy me esperara, no iba a tardar mucho y luego fuimos a ver a Máximo.

— Hola Dori, ¿Cómo estás? ¿Cómo está Máximo?

— Hola Ale, Zuemy, está muy bien, le caerían bien unas visitas ¿Estás bien?

— Si tranquila, estoy feliz de poder verlo.

Entramos a verlo y a pesar de haber visto tantos pacientes me impresionó, lo recordaba cuando era un niño, él era tan grande, corpulento y ahora lo veía pequeño y delgado.

— Máximo ¿Cómo estás? ¿Te acuerdas de mí?

— ¿Ale? ¿Eres tú? Estás tan cambiado.

— Pero me reconociste así que no debe ser tanto.

— Te reconocí por qué estás con Zuemy, ella siempre estaba pendiente que no te perdieras, seguro te traje.

— Máximo, después del hola ¿un regaño? —me hizo reír por qué tenía razón

— En realidad él me trajo Máximo, ahora es un médico muy exitoso.

— ¿Enserio? Me alegra oír eso.

Estuvimos hablando por horas pero tenía que darle sus medicamentos y descansar, Dori dijo podíamos ir cuando quisiéramos.

— Bueno Máximo, fue un gusto verte pero me tengo que ir. —se me quebró la voz al decir eso último, no quería irme pero debía dejarlo descansar.

— Pues siempre serás bienvenido por acá Ale, después de todo es tu casa.

Después de despedirme deje a Zuemy en su hotel y llegué a mi apartamento buscando mi botella de whisky, hoy lo tomaría solo. Los días siguiente lo pasé genial recordando viejos tiempos con Máximo pero todo lo bueno llega a su fin, no pasaron ni dos semanas cuando Maximo falleció, Dori me pidió diera unas palabras y cargará su féretro, fue un honor hacerlo, me dicen que el discurso que si fue hermoso la verdad no me acuerdo, no lo escribí, no lo pensé, de verdad solo pensé decir una frase corta pensé solo eso podría pero no. Cuando bajaban su féretro Zuemy se me acercó y me agarró por el brazo, estaba sollozando, nos quedamos ahí hasta que se fueron todos.

— Está bien Ale, todo está bien. —su voz se entrecortaba por el llanto.

— Lo sé

— No parece Ale, no has llorado. Lo perdiste, bueno, lo perdimos. Está bien llorar.

No me había dado cuenta, no había llorado.

Me empezó a doler el pecho de repente y empezaron a brotar las lágrimas.

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Buenas mi gente bella de Wattpad, la verdad el reto está difícil, las frases van casi en contra de mi personaje pero se que Ale puede con todo.

Seguimos con el reto de #Fictober23 la  frase de hoy "Lo perdiste, bueno, lo perdimos"

Si les gusto voten, comenten y nos vemos mañana

El juego de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora