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TAYLOR.

—¿Dónde estás? —Su voz sonó tan fuerte que tuve que alejarme el celular del oído mientras hacía una mueca de disgusto.

—Lo siento, te juro que no fue mi intención retrasarme tanto. Estamos en medio del tráfico y... no sé. No sé cuánto más tardaré en llegar.

Espero unos segundos su respuesta solo para oír el pitido que indica que colgó la llamada. Suspiré y lancé el celular al asiento, mirando por la ventana con nervios.

—¿No puedes tomar un atajo o algo así? Da vuelta en esa calle —le señalo al chofer. Miró hacia la dirección que apuntaba y entonces negó.

—Oh, no, señorita. Ese carril es de solo un retorno. Sería muy peligroso.

—No importa. No puedo llegar tarde por tercera vez esta semana —casi suplico. Parece entender mi desesperación, así que marca la direccional y gira el volante.

Suspiro creyendo que por fin algo iría bien por primera vez en esta semana. Me acomodo mejor en mi lugar, echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos. I wanna be yours comienza a sonar a través de los altavoces del auto justo en el momento cuando algo se impacta en la parte delantera del carro y me hace entrar en pánico.

Mis ojos se abren al instante, me desabrocho el cinturón y bajo del auto tan rápido que ni siquiera me doy cuenta cuando estoy afuera. Brat, el chófer, está revisando que no haya ningún herido.

—Oh, dios mío, lo siento mucho, no...

—¿Qué demonios? —grito. La joven se calla de golpe mientras me mira atónita. Sólo está a unos pasos de distancia pero, incluso desde donde estoy parada, puedo ver sus enormes y asustados ojos azules.

—¡No los vi, lo juro! —suelta con culpa—, además, se supone que este carril es solo de una dirección. ¡Yo iba por mi lugar!

—Oh, gran excusa —suelto molesta. Sé que no debería culparla, pero no puedo evitarlo. Veo como se acerca a nosotros, pero cuando habla, no se dirige hacia mi, sino hacia Brat.

—¿Y? ¿No vas a disculparte? —le pregunta, llevando sus manos hacia su cintura. Veo como el joven traga saliva, notablemente nervioso.

—Si, claro —le dice—, lo siento, de verdad. Vamos súper tarde al trabajo y...

—No, no le des explicaciones —me apresuro. Ella se gira hacia mi, evidentemente molesta, y da otro paso al frente.

—¿Disculpa? ¡Tienes suerte que no haya ningún herido! ¿Qué pasa contigo?

Voy a responder justo cuando Brat extiende las manos frente a nosotras, queriendo evitar una pelea. Observo como saca una tarjeta del bolsillo trasero de su pantalón y se lo entrega.

—Llama a este número. Es la agente de Taylor, créeme que arreglará todo en cuestión de segundos. De nuevo, lamento las molestias que te hemos causado.

Analiza la tarjeta unos segundos antes de dirigir su atención a mi rostro, y después al de él, evaluando la situación. Arruga sus labios pero al final se rinde.

—Soy Alisha —dice extendiéndole la mano.

—Brat. Mucho gusto —responde con un apretón. Espero que me dirija la palabra, pero no lo hace, y con justa razón.

Se da media vuelta y comienza a caminar de regreso a su auto. Brat suspira mirando el resultado del choque y después me hace un gesto con la mano indicándome que es hora de partir. Abre la puerta trasera, pero yo no me muevo, es como si no pudiese hacerlo.

Delicate || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora