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—No puedo creer que estamos volando a Londres —murmuró Alisha mientras mantenía el rostro pegado a la ventana. Todo el cielo estaba oscuro, pero aún así le seguía pareciendo maravilloso viajar en un avión privado.

—¿Te importa si nos quedamos en mi cabaña? Así nos evitamos hoteles y paparazzis —preguntó Taylor. Kellen giró hacia ella con una pequeña sonrisa tímida.

—Para nada. ¿Es una de esas cabañas aterradoras?

Taylor sonrió mientras negaba. —No, es más bien una de esas donde grabarían una película de navidad.

—Me encanta la navidad —soltó Alisha. Swift mantuvo sonrisa mientras le veía bostezar.

—Es la mejor época del año —agregó la rubia. Kellen suspiró y echó la cabeza hacia atrás, encontrando una posición cómoda en el diminuto asiento. Sus ojos escanearon el rostro de Taylor y de pronto se encontró comparando a la cantante con el actor.

Andrew era lindo, pero nada más. Y, por como la trató esta noche, era obvio que no volvería a salir con el jamás.

Taylor, por otro lado, era... diferente. Aunque en esos momentos Alisha no sabía que sentir por ella. A ver, poniendo las cartas sobre la mesa, ella y Swift empezaron con el pie izquierdo y continuaron tratándose como enemigos durante más de un mes.

No cabe duda que era extraño la manera en que siempre se encontraban, no importa a donde fuese Alisha: Taylor estaría ahí.

Pero, si ignora todo lo que sucedió antes de que trabajaran juntas, le caía bien. Demonios, era algo más que «bien». Taylor realmente la había sacado de esa horrorosa cita y ahora mismo estaban viajando a otro país solo porque Alisha quería.

—Gracias —susurró. Taylor arrugó las cejas sin saber de qué hablaba—, me salvaste de una enorme humillación. Andrew y yo entramos por la puerta principal actuando como novios y yo estaba a punto de salir por la misma puerta sola, con los ojos llorosos. Y puedo apostar que media hora después el saldría junto a Emma, desbordando amor.

Taylor suspiró y comenzó a jugar con sus dedos mientras miraba el piso. De pronto regresó su mirada a Alisha, quien seguía viéndola fijamente.

—El es un idiota, pero por mas que lo deteste, me hubiese gustado que todo saliera bien y que no te hiciera sentir así. Merecías tener una linda cita —hizo una pequeña pausa, como si le costara hablar—, realmente merecías que el te tratara mejor.

—No importa. Me di por vencida cuando nos quedamos a solas y no tuvimos nada de que hablar. Solo volví con el por un consejo de Gigi.

—No deberías prestarle mucha atención. Es la misma persona que me dijo que Rory era la indicada.

Sus ojos se cerraron mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás ligeramente mientras una risa escapaba de sus labios.

—Ha madurado, ¿sabes? Sus consejos no son tan malos.

—Si tu lo dices...

Se rieron una vez más antes de dejar que el silencio reinara en el lugar. Cada una se perdió en sus propios pensamientos antes de que Taylor hablara.

—Un momento —dijo llamando su atención—, tienes un perro. ¿Quién va a alimentarlo? ¡No puedes dejarlo solo!

—Está bien, Taylor. Ya le envié un mensaje a mi vecino. El lo cuida cuando estoy fuera de la ciudad.

—Así que Willow es calmado.

—Sí, es un buen chico. No muerde, ni ladra, ni siquiera rompe cosas.

—Como un gato.

—Los gatos son molestos —le dijo, ocultando una sonrisa. Taylor abrió la boca con falsa sorpresa, ya conocía el tono que Alisha usaba al bromear.

Delicate || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora