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TAYLOR.

Miré el reloj por décima vez, esperando que eso hiciera que el tiempo avanzara más rápido, pero no fue así.

6:24 am.

Suspiré, di una vuelta sobre la silla y comencé a rebotar los dedos sobre mi regazo. Cuando le dije a Tree que deseaba una relación falsa, jamás se me cruzó por la mente que quien recibiera la propuesta me diría «no».

Ahora, entiendo el porqué Alisha se negó a trabajar conmigo, pero realmente creo que es la indicada para este trabajo. Es hermosa, tiene un perfil bastante reservado y una gran paciencia, lo cual le será de gran ayuda en este trabajo. Y, de nuevo, es totalmente hermosa. Cien por ciento mi tipo.

Lamento tanto haberme comportado como una idiota, y de verdad deseo tener la oportunidad para disculparme, pero esta vez de una forma creíble. Es por eso que esta es la quinta reunión a la que soy la primera persona en llegar. Ha sido agotador, especialmente porque me desvelo en el estudio, pero algo me dice que vale la pena.

Finalmente entiendo que ver el reloj no hará que el tiempo avance más rápido, así que decido dar una vuelta por el edificio.

Ya hay algunas personas por aquí, principalmente del personal de limpieza. Me detengo a saludar a Brat, quien se pone de pie cuando ve mis intenciones de merodear por todo el lugar.

—No es necesario que me acompañes —me apresuro a decir—, estaré por aquí cerca.

—Aún así, es mi trabajo hacerlo —responde. Suspiro frustrada y retomo mi caminata. Noto como el me sigue a la distancia; respetando mi espacio personal. Aunque se lo agradezco, desearía por ir sola.

Me subo al ascensor justo en el momento que un tipo con corbata y maletín entra.

—¿A que piso se dirige?

Me mira extrañado, pero murmura un apenas entendible «tercero». Asiento, presiono el botón indicado y paso el resto del trayecto viendo hacia el frente.

—Hemos llegado —me sonríe y sale, dejándome a solas. Paso los siguientes veinte minutos fingiendo ser el botones; cada que alguien entraba, le preguntaba a qué piso iba y después presionaba el botón. La dinámica siguió hasta que me di cuenta que debía volver sino quería llegar tarde a la reunión —y vaya que no lo quería—.

Cuando las puertas del ascensor están por cerrarse, escucho una voz gritar: ¡No cierres!

La joven ingresa al ascensor y presiona el número 5. Me quedo boca abierta mientras la veo ignorar mi presencia, como sino me reconociera.

Lucía más hermosa de cómo la recordaba. Su cabello rubio estaba atado en una coleta alta y su rostro no tenía ni una pizca de maquillaje; algunas pecas adornaban su nariz y eso me quitó el aliento.

—Alisha... —murmuré, apenas. Carraspeé, sintiéndome muy confundida por mi actitud.

Ella me miró y fue como si el mundo se me viniera abajo. Juro que nunca había visto un azul tan brillante como el de sus ojos.

—¿Si? —pregunta.

—Es bueno verte de nuevo —suelto. Comencé a presionar a mi cerebro para que dijera algo más interesante, algo que realmente la sorprendiera, pero entonces sentí como si el piso se sacudiera.

Wow, realmente me hace alucinar.

—Oh, no —dijo. Comenzó a presionar el botón de pánico y fue ahí cuando me di cuenta que el temblor no fue debido a su presencia, sino a que el elevador se había atascado.

Delicate || T. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora