Delicate || T. S

13

TAYLOR.

Mi conversación con Anne no dura más de cinco minutos. Agradezco cuando desvía su atención a Gigi y por fin puedo regresar la vista hacia Alisha, justo en el momento en que sale corriendo fuera de la pista.

Me acerca a toda prisa hasta Jennifer, quien no duda en sujetarme del brazo y acercarse a mi oído para que pueda oírla a través de la música.

—Dijo que necesitaba tomar aire fresco, pero lucía un poco alterada. Quiero ir a ver si necesita ayuda, pero supongo es mejor si vas tú.

Asiento y le agradezco antes de correr detrás de Alisha. El corazón me late a toda prisa cuando camino entre todos los cuerpos, deseando con todas mis fuerzas que nadie me reconozca.

El aire frío me golpea de pronto cuando empujo una puerta sin pensarlo dos veces. La veo de pie, respirando con dificultad mientras me da la espalda.

—Tienes algo con los callejones, ¿no?

No pareció sorprendida por mi presencia cuando se giró a verme.

Esta era la segunda vez que nos veíamos detrás de un bar sin pensarlo; aunque ahora la situación era tan diferente que me cuesta recordar las razones por las cuales la detestaba.

—Lamento haber huido —dijo recargándose en la pared. Hizo una mueca al sentir el frío de los ladrillos contra su piel. Me quito la chaqueta y se la entrego, ella la toma sin pensarlo y se la coloca encima.

—No importa. ¿Estás bien?

—Si —le dirigí una mirada que la hizo sacudir la cabeza y decir: —Lo estaré.

No quería ser entrometida, pero de verdad la curiosidad me estaba matando. Además, si quiero ayudarla, necesito saber cuál es el problema.

—¿Que fue lo que te alteró tanto?

Soltó una bocanada de aire. Pude ver a través de sus ojos la lucha dentro de su cabeza, no sabía si decirme o no. Me arrepentí de haberle preguntado eso, pero no veo lo malo en preocuparme por ella. Somos amigas, ¿no?

—No tienes que... —intenté disculparme, pero ella levantó una mano haciendo que me callara.

—Anne es mi hermana. Bueno, no sé si pueda llamarla así, no crecimos juntas y hablamos muy pocas veces.

Estoy segura que mi cara delata toda mi sorpresa. Conozco a Anne gracias a la industria, quiero decir, ella es bastante famosa. Es tan extraño saber que tiene una hermana quien, por cierto, también está intentando ganar fama. ¿No debería ayudarla?

Alisha debe darse cuenta de todas las preguntas que me surgen, veo como se endereza y se muerde el labio.

—Solo di lo que piensas.

—No tenía idea que había otra Hatawhay.

—Tengo una familia... complicada.

Estoy segura que esa no es la palabra que quería usar, pude ver como se contuvo. Y, de nuevo, solo puedo pensar en que odiaría ser una entrometida y preguntar algo fuera de lugar que la incomode. Me quedo callada, el silencio comienza a volverse tenso mientras permanecemos de pie.

—Crecí en internados —suelta de pronto—, es por eso que nadie sabe de mi existencia. Solo veía a mis padres en navidad y algunas veces en los cumpleaños, pero luego cumplí doce y me mandaron a una escuela católica.

—¿Puedo preguntar por qué?

—No lo sé, nunca entendí de donde venía el rechazo. Supongo que algunos padres no quieren a sus hijos y no hay razón que lo explique.